Por: Dionicio Mantilla Laeón
1.- URGE ENCONTRAR OTRA FORMA.-
La única forma que hoy tienen los pueblos para manifestar su descontento frente a la no atención de sus problemas es la toma de carreteras provocando grandes pérdidas económicas que redundan, queramos o no, en contra de quienes protestan. Bloquear vías no está bien siempre lo hemos dicho. Urge, pues, que se busque, en primer lugar, prevenir los conflictos sociales profundizando el diálogo entre las partes y, en caso que esto no resulte, plantear otras formas de protesta pero que no perjudiquen al mismo pueblo y, por ende, no signifique afectar los derechos de los demás.
2.-ALGO QUE TAMPOCO ESTA BIEN ES…
Algo que tampoco está bien es que las protestas se desborden y se cometan excesos que desvirtúan la protesta, por ejemplo provocando que los dueños de bodegas procedan a cerrar sus puertas por temor al saqueo, cierre que ocasiona el desabastecimiento de productos alimenticios con serio perjuicio a la población. Muchos bodegueros, sin embargo, conscientes de que los huelguistas buscan luchar contra la delincuencia, extorsionadores y sicarios, que ya están haciendo de las suyas en la ciudad, vienen manifestando su apoyo donando víveres sobre todo a los ronderos. Eso es otra cosa.
Tampoco está bien que se incurra en amenazas a los indiferentes o amarillos para que se pleguen al paro. Cada quien es dueño de sus indiferencias e inconsciencias. Es la historia las que los juzgará.
3.- ¿Y LA COMISIÓN DE PREVENCIÓN DE CONFLICTOS?
Eso es lo que la población se pregunta. Una oficina del gobierno cuyos funcionarios reciben jugosos sueldos del Estado, pero que están pintados en la pared pues no previenen ningún conflicto social posibilitando la producción de paros y movilizaciones que luego devienen en toma de carreteras acciones que perjudican la economía de los pueblos.
Sería necesario que el Gobierno proceda a una reestructuración de dichos organismos del gobierno a fin de que, al final, cumplan su cometido para, de esta manera, evitar tales conflictos sociales.
4.- SE AMPLIARÁ LA AGENDA DE DIÁLOGO.-
Algo que realmente resulta interesante es, que la mesa de diálogo a establecer entre el gobierno con las autoridades y dirigentes de Huamachuco es la ampliación de la agenda que tendrá. En efecto, en ella no sólo de tratará únicamente los 5 puntos planteados por el FEDIP, sino la guda problemática que aflige a nuestra ciudad y los distritos de nuestra provincia. Tal como lo informó el burgomaestre huamachuquino también deberán estar tratándose temas como el agua potable, relleno sanitario, pozas de oxidación, UNCA, el Palacio Municipal. Proyectos importantes que lamentablemente están encarpetados por la negligencia burocrática.
5.- URGE LA DACIÖN Y PUBLICACIÓN DE LA RESOLUCIÓN MINISTERIAL.-
El Premier, Juan Jiménez Mayor, ofertó a la comisión de autoridades y dirigencia del FEDIP que lo entrevistó, el establecimiento de una mesa de diálogo para dar trámite a la agenda de peticiones planteada. Lo que preocupa es que dicha entrevista tuvo lugar el viernes último y aún no se emite la Resolución Ministerial que norma la referida instalación de la mesa de diálogo. Ojalá, que dicho documento se expida lo más pronto posible y así se de término a esta nueva jornada de protesta del pueblo de Huamachuco.
Como dice nuestro Gobernador, Julio Lozano, y nuestro Párroco, Ignasio López, hay que tener confianza. Ojalá, la publicación de la norma en el Diario El Peruano se produzca hoy o a más tardar mañana. Tal como se dio a conocer ya se habría elaborado la respectiva autógrafa de la mentada Resolución Ministerial. No falta mucho.
6.-REITERAMOS LA SOLICITUD DE UNA ACTITUD PRUDENTE.-
Esperamos que pronto se levante el paro. Esto es lo que la población espera. Sabemos las causas que la motiva, pero es necesario tener presente que la protesta sea razonable y prudente. Jamás podemos avalar la comisión de acciones que signifiquen atentar contra los derechos de los demás porque eso desvirtúa la naturaleza de la medida.Toda protesta implica tino y correcto liderazgo de los dirigentes analizando las condiciones objetivas de la realidad que se vive y siempre buscando el bien de la población y no su perjuicio.