Por: Luis Peña Rebaza
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Como no podía ser de otro modo la torpe decisión de recibir a una delegación del Movadef en la embajada peruana en Buenos Aires, le costó el cargo a Nicolás Lynch, quien justificó su actitud diciendo que se trataba de peruanos y que él “no está para juzgarlos”.
Sin la intención de hacer leña del árbol caído, las palabras del ahora ex embajador reflejan la postura que en enorme medida, asumieron los dirigentes del marxismo criollo peruano, no todos por cierto, frente a la irrupción de Sendero Luminoso a inicios de los ochenta, grupo del cual decían discrepar por la forma más no por el fondo de su accionar que era la búsqueda de una nueva sociedad, que según ellos iba a surgir de las humeantes cenizas.
Lo sucedido nos permite plantear una serie de profundas reflexiones al respecto. No debemos olvidar que para la pretendida inscripción del Movadef como partido político, se presentaron planillones con varios centenares de miles de firmas de adhesión, muchas de ellas pertenecientes a jóvenes que hace poco adquirieron la mayoría de edad. Aquí planteo la primera inquietud, referida al rol que está cumpliendo las instituciones del Estado, el Gobierno Regional, además de los partidos políticos para clarificar y deslindar de manera ejemplar con este u otros grupos prosenderistas, que desde adentro intentan petardear la democracia. En nuestro país un sistema de gobierno imperfecto, con muchos errores, imposible negarlos, pero democracia al fin y al cabo.
En el sector educación, ¿la gerencia correspondiente en la región, y en cuanto a este tema tan candente, tiene al momento implementado y en marcha algún programa, un ciclo de charlas, debates o conferencias, dirigidas a los alumnos de los colegios de su ámbito?, o es que acaso se ha dejado el terreno fértil para que ciertos docentes, pertenecientes al Conare-Movadef, hagan de las suyas disponiendo a diario de sus jóvenes oyentes, a través de su prédica que reivindica el “Pensamiento Gonzalo”, y el irracional y absurdo mesianismo que pregonan. Recordemos que uno de los desafíos de la democracia es convencer, en tal sentido, es tarea urgente desenmascarar a estos sujetos ante las nuevas generaciones, que enhorabuena no vivieron los horrores de la demencia senderista que imperaba en el campo y en las ciudades, cuando las explosiones de bombas y coches bomba hacían patético coro a sus maléficos alaridos de ¡cercar las ciudades desde el campo!, ¡destruirlo todo para volver a levantarlo desde las cenizas!
¿Y qué hay respecto a la actuación de los partidos políticos, el Partido Aprista, Alianza para el progreso, el Partido Nacionalista y otros, están realizando un trabajo político e ideológico en los sectores juveniles a través de tertulias, debates y deslindes necesarios? Si no lo están haciendo, como desgraciadamente parece ser el caso, demuestran que aquellos partidos llamados legales y que son parte del sistema y usufructúan de él, es triste comprobarlo, tienen una visión cortoplacista, solo trabajan para la siguiente elección antes que para la próxima generación.