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lunes, 12 de noviembre de 2012

La Libertad: La histórica devoción a la Virgen del Socorro en Huanchaco

Proveniente de España como pilar evangelizador, la imagen se ha convertido en protectora celestial del concurrido balneario trujillano.

El balneario de Huanchaco, ubicado a solo 12 kilómetros de Trujillo, se prepara cada fin de año para iniciar la celebración en honor a la Virgen del Socorro. Con el correr de los años son muchas las gracias atribuidas a la venerada imagen.

Corría el año 1 674 y la ciudad de Trujillo se mostraba temerosa y amenazada por la peste bubónica y una feroz plaga de insectos. Conociendo el panorama desolador, un hombre propuso dejar la crítica situación en manos de Dios.

De esta manera, Antonio de Saavedra y Leiba, respetado deán de la catedral de Trujillo, promovió entonces la peregrinación de una venerada imagen religiosa conocida en el balneario de Huanchaco como la Virgen del Socorro.

Luego de trasladar con fe y emoción a la efigie de la madre de Cristo por las calles de la ciudad primaveral, se produjo el milagro y los vestigios de la peste desaparecieron, motivando encendidas muestras de agradecimiento en las familias trujillanas.

Años después y en respuesta al fervor popular, quedó establecida la bajada quinquenal de la Virgen del Socorro, con itinerario y actos ceremoniales cuidadosamente programados que han ido enriqueciéndose con el tiempo.

Pero, ¿cómo se origina en Huanchaco la devoción a la imagen que muestra a una dulce María sonriendo serenamente con el pequeño Jesús en los brazos?

La historia se remonta al año 1 534, cuando el misionero español Fray Alonso de Escarcena, plantea reforzar las labores de evangelización en tierras del norte del Perú con una imagen religiosa que sirva de modelo para la conversión de los indígenas.

Fue el Rey Carlos V quien respondió al requerimiento con una preciosa escultura basada en su progenitora, doña Juana, y enviada por vía marítima desde el puerto de Cádiz.

Precisamente durante ese periplo se tiene documentado el primer prodigio de la intercesora celestial, cuando el barco a punto de naufragar con la imagen en su interior fue salvado tras las reiteradas plegarias de los tripulantes. A partir de ese momento se decidió cambiar la advocación inicial de Virgen de la Candelaria por la de María de la Candelaria del Socorro.

La tradición huanchaquera cuenta también que los milagros continuaron con la efigie sobre tierra. Así y durante la misa de presentación ante los habitantes oriundos del balneario, una mujer, muda de nacimiento, consiguió hablar recibiendo la bendición de la madre de Cristo y elevando luego un Ave María a viva voz ante el asombro de los presentes.

Con el correr de los años son muchas las gracias atribuidas a la venerada imagen. Sin embargo la más importante será, sin duda, la de haberse convertido en motivo de unión entre huanchaqueros viejos y recién llegados, entre vecinos ricos y pobres que le rinde homenaje sin distinción.

El balneario de Huanchaco, ubicado a solo 12 kilómetros de Trujillo, se prepara cada fin de año para iniciar la celebración en honor a la Virgen del Socorro, con actividades que se prolongan durante los meses de enero y febrero.

Encumbrada por sus fieles, la imagen parece observar complacida las muestras de amor de un pueblo agobiado por sus problemas cotidianos, pero siempre dispuesto a reconocer y agradecer los favores de su santa patrona.

Por: Jorge Ricardo Rodríguez Carranza