La conmemoración hoy del 22º aniversario de la captura de la cúpula asesina de Sendero Luminoso sirve para otro tipo de reflexiones.
Cúpula asesina de Sendero Luminoso.| Foto. Referencial
La conmemoración del 22º aniversario de la captura de la cúpula asesina de Sendero Luminoso sirve para otro tipo de reflexiones, debido a que nuestro editorial sobre los peligros del terrorismo ya lo anticipamos ayer. Permítasenos, estimado lector, referirnos no sólo a la subversión sino –entre otras cosas– a lo expresado por el defensor del pueblo Eduardo Vega Luna, acerca del ingreso del crimen organizado en el aparato estatal.
Lo apreciado en el caso de Áncash, por ejemplo, es sólo la punta del iceberg del fenómeno que hoy padecemos. Cómo se permitió que esa región cayera bajo las garras de probados delincuentes, dirigidos por una banda legitimada por el sistema electoral, es algo que debe interpelarnos todos los días.
Más aun ahora que nos acercamos a un nuevo proceso electoral que ya nos depara sorpresas desagradables. Además, sirve para aportar al debate acerca de qué hacer para evitar que se repitan esas malas experiencias. La regionalización, que renació precariamente durante el toledismo, merece una mirada componedora, que retroalimente lo ya sabido para que se mejore el proceso descentralizador.
Por otro lado, hay que acabar con las malas prácticas de los candidatos municipales, que no pueden tomar por asalto a la ciudad maltratando al vecino.
Acá y en otras localidades se ve cómo se irrespeta el espacio público, las áreas verdes y la convivencia civilizada. Todo, además, con la complicidad y complacencia de las autoridades ediles que convalidan esos pasivos.
Qué podemos esperar de quienes, al contrario de defender a sus vecinos, talan árboles y malogran áreas públicas con publicidad de sus candidatos.
El ministro del interior Daniel Urresti vino ayer a Trujillo para reforzar a los equipos policiales entregándoles vehículos que servirán para cumplir con su labor. Es significativo que lo haya hecho un día antes de la fecha a la que nos referimos. Eso debería comprometer a la policía local, que verá incrementado
su número de efectivos para noviembre próximo.
Sin embargo, Urresti se cuidó de referirse al caso que involucra al congresista José León Rivera. Como informó ayer por segunda edición consecutiva el semanario limeño que sigue el caso, y refrendando información que LA INDUSTRIA ha publicado hace tres días, los narcotraficantes mexicanos que vinieron a Trujillo obtuvieron permisos de trabajo en tiempo récord.
Bien haría el ministro Urresti, ahora que estamos tratando sobre casos de corrupción en los niveles del Estado, revisar cómo actúan los funcionarios de Migraciones. Esa oficina es una coladera donde quien tiene plata puede conseguir la luz verde que necesita para quedarse, sabe Dios para qué fines inconfesables.(la industria)