" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

miércoles, 8 de junio de 2011

¡GANÓ EL CAMBIO!




Por: Dionicio Mantilla León
Tal como se preveía, ganó la posición del cambio. Ganó Ollanta Humala, que enarbolando las banderas del cambio y combate a la corrupción, se impuso a Keiko Fujimori. Luego de una ardorosa campaña electoral de varios meses en donde como ya es usual en nuestro país no faltaron, la guerra sucia, las calumnias, las ofertas demagógicas, los plagios de programas de gobierno y ataques mediáticos de uno y otro bando, culminó una nueva jornada democrática. Así las cosas, se erige hoy una inquietante interrogante: ¿Cuál será el siguiente paso a seguir?
Ollanta Humala, líder del joven Partido Nacionalista (Apenas tiene 6 años de existencia) de clara posición izquierdista, adverso al modelo económico neoliberal, que durante la primera vuelta la ganó exhibiendo un Plan de Gobierno marcadamente radical y por el que votó el 32 % del electorado, en la segunda vuelta se vio obligado a tamizarlo esgrimiendo un nuevo programa con el nombre de “Compromiso por el Perú” y, más recientemente, otro, ”Hoja de ruta”, fruto de sus afanes de concertación con fuerzas políticas afines como Perú Posible y Acción Popular y Fonavistas del Perú, y con el decisivo apoyo del nóbel de literatura, Mario Vargas Llosa, que le permitieron hacerse del triunfo aunque no tan holgadamente tal como hubiese querido.
Pasada la natural euforia queda ahora para el ganador un expectante camino por recorrer. Un camino con responsabilidades por atender resumidas en: El cumplimiento de sus propuestas, satisfaciendo así las exigencias del pueblo que votó por él. Junto a ello el planteamiento de los partidos políticos e instituciones sociales, gremiales, asociaciones de intelectuales, artistas, analistas políticos que manifestaron su adhesión, con el condicionante de permanecer alerta al fiel cumplimiento de sus ofertas: Crecimiento económico con inclusión social, fomento a la inversión privada y pública, respeto a la institucionalidad democrática y la no reelección presidencial.
Junto al respaldo electoral y, por ende, a la entrega de su confianza el pueblo peruano ha expresado que no entrega un cheque en blanco sino uno que significa la realización de un gobierno democrático, responsable, honesto, con oportunidad para todos y que encamine al país por la senda del desarrollo sin vinculación con ningún tipo de dictaduras. Un gobierno que no signifique un “borrón y cuenta nueva” de las acciones de corrupción cometidas por administraciones anteriores. Que convierta al Perú en un país emergente con base en el fomento del agro, ganadería y la industria y no únicamente en una nación de producción primario exportadora. Que respete los TLC suscritos y los que vendrán, pero siempre que estos no lesionen los intereses nacionales, que deseche aquel arcaico lema del “Perro del hortelano” impuesto por Alan García, respete los derechos de las comunidades nativas, que potencie ENAPU, CORPAC y todas las empresas públicas y, por ende, nuestros puertos y aeropuertos. Que respete, defienda y utilice adecuadamente nuestros recursos naturales y sectores estatales estratégicos.
El pueblo que lo ha elegido desea un gobernante de a pie que se adentre en los más apartados pueblos del Perú Profundo y les haga llegar los beneficios y responsabilidades del Estado. Que elimine la inseguridad. Que gobierne de la mano con los trabajadores y también los empresarios, que no saque leyes ni decretos inconsultos, que se adelante a los conflictos sociales. En suma, queremos un gobierno que elimine las lacras de la pobreza y la extrema pobreza, que haga realidad una educación y una salud realmente gratuita y de calidad, que impulse los programas sociales bajo una nueva óptica, esto es, no paternalista sino digna y productiva. Que cumpla con las mejoras salariales, con el descongelamiento de las pensiones a los jubilados, que priorice la construcción de vías asfaltadas, programas de viviendas sociales, fronteras vivas, etc.
Para que un gobernante tenga éxito debe contar con un Plan de Gobierno viable, un excelente y honesto equipo de técnicos y profesionales que lo ejecuten, una mayoría congresal, una buena organización partidaria que apoye y fiscalice, un líder responsable, capaz y honesto y, finalmente, respaldo popular. Ollanta Humala tiene todo ello, por lo tanto debe hacer un buen gobierno. Por el bien de nuestra patria auguramos éxito a la nueva administración gubernativa.