domingo, 18 de mayo de 2014

El esparcimiento popular en Huamachuco

La Libertad: promueven crianza de avestruces en Huamachuco
 
Por: Dionicio Mantilla León                    
 
Cada vez que el gobierno decreta feriados largos en nuestro país la población busca lugares de esparcimiento apropiados en donde relajarse sanamente y escapar del stress. En ese sentido, los lugares de esparcimiento preferidos por los huamachuquinos son la laguna de Sausacocha, los baños termales de Yanasara, las aguas termales de El Edén, el manantial del Agua de los Pajaritos o los restos precolombinos de Markahuamachuco, la ciudadela de Wiracochapampa, entre otros. No existe una zona de esparcimiento tipo campiña cuyo escenario permita gozar de las bondades de la naturaleza de manera directa semejante a otros que existen en las grandes ciudades importantes del país, como la campiña de Moche, en Trujillo; la campiña de Conache, en Laredo y el Vivero Forestal, en Chimbote.
 
Sin embargo, en estos días, ha surgido una opción que cubre esta faltante. En efecto, exactamente a 40 minutos de nuestra ciudad tenemos una campiña preciosa, su nombre “Agua Blanca”. Una campiña que siempre ha existido, pero que no se ha tenido la iniciativa de dar a conocer, darle el valor agregado y promocionarlo. Empero, en estos meses a alguien se le ha ocurrido tal iniciativa y ha creado este nuevo atractivo turístico huamachuquino. Ubicada en la zona de influencia de los caseríos de La Florida y Yamobamba, la campiña de “Agua Blanca” toma su nombre por la presencia de arroyos de agua cristalina que surcan una extensa llanura de verdes cultivos de pan llevar.
 
En dicho lugar existen, también, otros atractivos que le dan un valor agregado interesante como es el camino inca, sus bellos y extensos jardines con flores multicolores, asimismo, criaderos de truchas y carpas, y, algo inusual y hasta sorprendente, una granja con seis avestruces, aquellas gigantescas aves propias del lejano país _ continente como es Australia. Según se conoce, estas exóticas aves han sido adquiridas en la ciudad de Chiclayo por la comuna huamachuquina a través de la Gerencia de Desarrollo Económico y han sido instaladas en este paradisíaco lugar a fin de lograr su adaptación y posterior crianza formal con fines, fundamentalmente, de exhibición turística. Y al parecer, dicha adaptación ha sido exitosa por cuanto dichas aves han puesto sus huevos o sea que se tendrá dentro breve tiempo avestruces natales, es decir, “aguablanquinas”, lo que viene siendo motivo de contento de los comuneros.
 
Sería muy conveniente que nuestros amigos de la municipalidad intervengan más directamente en este lugar gestando un proyecto integral con participación directa de los aguablanquinos para formar con ellos una pequeña empresa turística con el objetivo de brindarle carácter social y de preservación de la ecología orientado a ponerlo al servicio del turismo para cuyo efecto tendría que suscribirse el respectivo convenio, comprendiendo que el turismo es una forma honesta y saludable de obtener ingresos económicos. 
 
En el proyecto a elaborar sería interesante considerar la instalación de un mini zoológico, un parque botánico, parques infantiles, pequeños campos deportivos, restaurantes de comida típica y criolla, zonas de exposiciones artesanales, zonas de paseo a caballo, piscina, zonas de paseo a pie, entre otros. Y debe ser con participación municipal con el propósito de no tener fines de lucro como si lo tendría con una empresa privada con la ostensible elevación de costos con perjuicio para los visitantes y hasta para los mismos comuneros aguablanquinos que tendrían que pagar por algo que está en su propia tierra.
 
De otro lado, debemos tener en cuenta que muy cerca de allí se encuentra una minera la misma que con el propósito de expandir su área de explotación viene persuadiendo a los comuneros aguablanquinos para que vendan sus terrenos así como lo ha hecho con algunos moradores de los caseríos de La Florida, Yamobamba, y la Arena. Una venta que, de prosperar, liquidaría esta encantadora zona ecológica para transformarla en una zona estéril, muerta y sirviendo sólo para satisfacer el interés de la empresa. Esperamos que esto no suceda y no lo será mientras nuestros hermanos aguablanquinos no lo permitan.
 
Entendemos el derecho que tienen algunos de enriquecerse a través de la minería, pero háganlo responsablemente pues no entendemos que lo hagan en zonas no apropiadas, cerca a las comunidades y pueblos contaminando sus aguas y destruyendo los terrenos de cultivo. Este es un hecho real, no es calumnia y cualquiera puede comprobarlo a 5 kms. al sur de Huamachuco, visualizando en lo que antes eran verdes campos ahora convirtiéndose en un paisaje desolador. Por ello, es nuestro derecho y obligación defender y preservar la hermosa campiña de Agua Blanca para convertirlo en un atractivo turístico ecológico huamachuquino de primer orden y fuente de economía para la comunidad de Agua Blanca.