sábado, 24 de mayo de 2014

El último paso

Foto: Beto Mendoza

Por: Dionicio Mantilla León

El agua, aquel recurso natural indispensable para la supervivencia de los seres vivos y sin el cual no es posible la existencia del planeta aún no es valorado en su verdadera dimensión de allí que en el sagrado nombre del “crecimiento económico” de un país se le sacrifica prefiriendo valorar a otros recursos naturales como el oro.

Esto es una gran verdad, pero también lo es la incomprensión acerca de la propiedad del agua, de allí que es preciso insistir una vez más que de acuerdo a las leyes de la naturaleza y las leyes humanas este recurso es propiedad de todos y de nadie en particular. No deben ser objeto, por ejemplo, de la mezquindad, ni en su uso y ni en su consumo, las aguas de los ríos, lagunas o manantiales. Quienes lo hicieran es como si comprendiendo que el agua es propiedad de toda la familia y un hermano pide agua a otro hermano para poder vivir, este lo negara.

El pueblo de Huamachuco requiere con urgencia agua verdaderamente potable para lograr su supervivencia pues el agua que consume no es apta para el consumo humano de acuerdo a los numerosos estudios microbiológicos realizados por profesionales del Ministerio de Salud. Por esta razón varias gestiones municipales lo consideraron como obra prioritaria, es decir, de preferente ejecución sobre otras obras comunales, de allí que la presente gestión municipal viene impulsando esta mega obra habiéndose proyectado tomar como fuente de suministro del agua el rebose (sobrante) de la “Laguna Verde” ubicada en el sector de La Florida perteneciente a la comunidad campesina Juan Velasco Alvarado a 40 minutos al sur de nuestra ciudad.

Conociéndose que a la fecha se tiene todo listo para el inicio de los trabajos pues se cuenta con expediente técnico aprobado, con Código SNIP, con la partida económica presupuestal respectiva de 36 millones para la primera etapa, faltando únicamente lo que se denomina como “Licencia social” es decir dar a conocer oficialmente los alcances de esta mega obra a dicha comunidad campesina en cuyo sub suelo se encuentra dicho recurso hídrico. Una acción que, según sabemos, las autoridades municipales huamachuquinas están coordinando con los dirigentes de la misma para fijar la fecha para dicha reunión conjunta en donde se cumpla este ULTIMO PASO en el largo camino que nuestro pueblo ha tenido que recorrer para, por fin, contar con un agua realmente pura para su consumo.

Es preciso destacar, de otro lado, que un buen número de familias (Se dice que más de la mitad o aproximadamente un 60%) de dicha comunidad viven en la ciudad de Huamachuco y, como es lógico, así como el resto de la población huamachuquina, también sienten la misma necesidad de contar con este líquido indispensable para la vida.

¡AGUA POTABLE, SÍ O SÍ!

¡El agua potable para Huamachuco debe hacerse realidad sí o sí. Es el clamor histórico de un pueblo señalado por el destino a ser grande y próspero y nadie puede impedirlo! ¡Sólo una persona mezquina y egoísta o tal vez débil por dejarse manipular por personas o grupos con oscuros intereses puede poner trabas a una necesidad vital de más de 40,000 pobladores! ¡Considero que es hora de plantear la consolidación de la unidad familiar tanto de los hermanos comuneros como los hermanos huamachuquinos!

¡Nada ni nadie nos debe separar, ni las pretensiones de quienes puedan albergar intereses políticos subalternos, ni aquellos que con su dinero siguen con su censurable pretensión egoísta de sembrar los verdes y esperanzadores campos de La Florida, Yamobamba, Agua Blanca o Shangal con las terroríficas sombras de la muerte y la esterilidad. Sola una comunidad firmemente unida los habrá de detener!

Finalmente, confiamos que la cordura, el espíritu solidario y la fraternidad entre huamachuquinos y comuneros prevalezca sobre todo sentimiento negativo. Confiamos plenamente que nuestras autoridades municipales encabezadas por, Luis Rebaza Chávez, sabrán escuchar y hacer realidad la justa petición de obras de desarrollo para sus pueblos de parte de nuestros hermanos comuneros.