" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

lunes, 25 de octubre de 2010

UN MAR PARA BOLIVIA


Por: Dionicio Mantilla León
“El anhelo boliviano de acceso al mar es un derecho de justicia y ante el clamor de nuestros hermanos el Perú no será ningún obstáculo para su realización”. Las palabras del Presidente de la República, Alan García, confundidas con las heladas brisas del mar de Ilo tocaron, el martes último, las más sensibles fibras reivindicativas de nuestros hermanos bolivianos resignados hasta ese momento a ser marginados en el usufructo de las bondades naturales que trae consigo el contar con su propio mar.
En medio de una gran expectativa en fraternal abrazo peruanos y bolivianos rubricaron ese día el gesto de generosidad del gobierno peruano que ampliando el convenio de 1992 suscribiera con el gobierno boliviano la “Declaración de Ilo” documento con el cual se hace realidad el acceso al mar a Bolivia.
¿Cuál es el contenido del referido documento? ¿Cuáles serán las repercusiones futuras de este histórico acontecimiento no sólo para los 2 países sino también para Chile?
Luego de 221 años de la pérdida de su rica provincia de Antofagasta a consecuencia de la infausta guerra con Chile en 1879, nuestros hermanos del altiplano son protagonistas ahora de este acontecimiento que borra las pasadas distenciones entre ambos países producidas por las puyas recíprocas lanzadas entre Alan García y Evo Morales por discrepancias ideológicas y económicas que debilitaron las relaciones bilaterales de concordia y beneficio mutuo entre Perú y Bolivia. Resquebrajamiento de relaciones que se agudizaron posteriormente por el incomprensible acercamiento de Bolivia a Chile respecto al diferendo marítimo que nuestro país viene dilucidando con el país del sur y cuya resolución se encuentra en manos de la Corte de La Haya. Un acercamiento que buscaba, tal vez, el ablandamiento chileno para su salida soberana al mar.
En el Acta de Ilo se hace hincapié en la renovación y ampliación a favor de Bolivia de una Zona Franca Industrial y Económica Especial(ZOFIE) y una Zona Franca Turística(Mar Bolivia), sin soberanía, por 99 años. Esto confiere al país altiplánico acceso al Océano Pacifico y al punto de atraque del puerto, excepciones en materia aduanera tributaria laboral y Seguridad Social, exoneración de tributos, derechos de propiedad en “Bolivia mar” a los inversionistas bolivianos y la instalación de un anexo de su Escuela Naval.
Según dicho documento se amplia el área concedida de 2 kms. a 3.6 kms.la que se denominará “Mar Bolivia”. Se garantiza, asimismo, el goce de beneficios económicos a los inversionistas bolivianos en igualdad de derechos que los peruanos, la apertura y funcionamiento de una oficina de aduana y servicios portuarios, la tenencia y uso de moneda extranjera, permiso para el atraque de naves de gran calado. Este Convenio Ampliado habrá de ser sellado con una reunión de gabinetes ministeriales en enero del 2011.

POSICION DE CHILE.-
Con lo acordado en la “Declaración de Ilo” y el acceso de Bolivia al mar, Chile se considera presionado a ceder una salida al mar con soberanía, algo que es rechazado por Piñera. Como es tradicional la posición chilena es asumida principalmente por los sectores conservadores de la política chilena quienes se obstinan en cerrar el pase a Bolivia por su territorio de allí que el Senador chileno Hernán Larraín, Presidente de la Comisión de RR.EE. del Parlamento, no sólo se ha opuesto sino ha tildado de “intruso” a Alan García por lo ocurrido en Ilo, más aún cuando ya se conoce de la intención del gobierno boliviano de exportar su gas por dicho puerto.
CONCLUSIONES.-
Sin lugar a dudas que “La declaración de Ilo” reviste singular importancia. En efecto, el tender una mano solidaria a nuestros hermanos de Bolivia con quienes nos unen evidentes lazos históricos, étnicos y culturales es comprensible y plausible, pero excederse en gestos tangibles de generosidad es otra cosa, incurrir en omisiones e incongruencias también lo es, más aún si tenemos en cuenta las ingratas experiencias de la historia común en donde la actitud boliviana no ha sido tan transparente ni leal con nuestro país.
De allí que resulta necesario fijar con sumo cuidado las facilidades otorgadas a Bolivia en su acceso al mar. Preguntándonos: ¿La ampliación del Convenio ha pasado por el tamís de la aprobación del Congreso peruano tal como así lo manda la Constitución Política? ¿Cuánto se beneficia el Perú con la presencia boliviana en nuestro territorio? ¿Cual será el impacto socio económico en la región sur? Y qué decir de la incongruencia que observamos cuando se afirma que: “Bolivia mar” es cedida por 99 años, sin soberanía”, pero de otro lado se señala: “Otorgar derechos de propiedad en “Bolivia mar” a los inversionistas bolivianos. Después no vaya a ser motivo de arrepentimiento, de enredos diplomáticos o conflictos bélicos.