" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

miércoles, 27 de octubre de 2010

MASACRES AL DESNUDO


Por: Luis Peña Rebaza

La reciente publicación de la web Wikileaks, acerca de las torturas y matanzas sistemáticas permitidas y/o cometidas por los estadounidenses en Iraq, no hace sino recordar que, en diversas circunstancias y épocas, e indistintamente de su ideología, cuando un partido gobernante sojuzga a su pueblo o un Estado se impone a la fuerza sobre otro ejecutando políticas totalitarias, por desgracia, los crímenes de lesa humanidad jamás estarán ausentes como parte del amedrentamiento, dominio y exterminio de los rivales o minorías.
Como no evocar los campos de concentración en la Rusia soviética, que datan desde 1922, incrementados en el periodo del gran terror impuesto por quien se hacía llamar el “Hombre de acero”, el dictador Stalin, entre 1936-38, paradójicamente ex seminarista en su juventud. El saldo: siete millones de arrestados, dos millones muertos en los campos de concentración y un millón de fusilados. Infierno descrito magistralmente en “El archipiélago Gulag”, la novela del premio Nobel, Alexander Solzhenitsyn.
La “revolución cultural” de 1966 en la China de Mao, provocando centenares de miles de personas ejecutadas por el delito de “aburguesados”, cuyos síntomas eran escuchar a Mozart, Chopin o Beethoven o leer a Freud o Marcuse. En el colmo, la luz roja del semáforo se cambió a avance y la verde a detenerse y, a fin de ser “reeducados” miles de intelectuales, catedráticos, médicos e investigadores fueron obligados a limpiar letrinas en los campos de concentración.
Los Khmers Rojos en Camboya, dirigidos por el pensamiento de los “revolucionarios” Khieu Samphan y Pol Pot, tan semejantes en su estupidez a los senderistas, quienes en cuatro fatídicos años en el poder exterminaron a más de dos millones de pobladores a nombre de una dogmática revolución, cuyo fin era borrar del mapa todas las estructuras, “Arrasarlo todo para volver a levantarlo desde las cenizas”, así también se escuchaban los alaridos de Abimael y sus secuaces.
Con la complicidad de Israel
, entre el 16 y 18 de septiembre de 1982, las fuerzas de la Falange Libanesa masacraron a la población palestina en los campamentos de Sabra y Chatila. Masacre que mereció la calificación de acto de genocidio por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Complicidad de tropas israelíes, que, en ese momento, ocupaban Beirut y eran comandadas porAriel Sharon como ministro de Defensa. Se calcula entre 1.500 y 3.000 las víctimas fatales, en su mayoría ancianos, mujeres y niños.
Culminando este breve recuento no es posible dejar de mencionar la masacre en la aldea de My Lai, en Vietnam, en marzo de 1968, allí donde el gigante Goliat norteamericano fue derrotado y humillado por el pequeño David asiático. El alférez del ejercito yanqui, William Calley, y sus soldados al mando, en una operación de búsqueda de guerrilleros comunistas llegaron a ese poblado, violaron a niñas y mujeres, mataron al ganado, quemaron las chozas y terminaron su excecrable faena ametrallando a niños, mujeres y ancianos, en una cifra aproximada de quinientas victimas.
En esta ocasión el pretexto o excusa para la sangrienta invasión y guerra en Iraq fue el despótico gobierno del sátrapa Saddam Hussein y la existencia de armas químicas que amenazaban al mundo, jamás descubiertas hasta hoy. El saldo: más de cien mil muertos de los cuales el 63% han sido civiles. En el informe publicado se registran abusos, torturas y violaciones.
Al respecto, ¿se pronunciará y condenará de manera enérgica estos hechos las Naciones Unidas? (http://conlafeylaverdad.blogspot.com/)