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sábado, 29 de octubre de 2011

TRUJILLO: DON HILARIO Y SUS 40 AÑOS TOCANDO PARA LOS MUERTOS


  • Santiago Hilario es uno de los personajes que han hecho de este cementerio su centro de labores. Él lleva más de 40 años tocando su violín a todo aquel que desee cantarle a su finado, como llama a los muertos.

Con violín en mano, Santiago Hilario, o don Hilario, ha hecho del Cementerio General de Miraflores de la ciudad de Trujillo su centro de labores.


Como si fuera una fiesta, varias cuadrillas de trabajadores de la Beneficencia Pública de Trujillo vienen embelleciendo el Cementerio General de Miraflores para recibir a miles de personas este uno de noviembre.
Algunas de ellas, regresan luego de unos meses y otras después de décadas, ya que se encontraban lejos. Todas con una sola idea, pasar un día junto a sus seres queridos que ya partieron.
Dentro del camposanto trabajan varios personajes entre los que figuran los niños aguateros, como se les conoce, quienes te ofrecen limpiar el nicho y venderte un poco de agua para las flores; además están los músicos que por unos soles te acompañan con las canciones que más le gustaban a tu familiar.
No podemos dejar de lado a las señoras que te venden un ramo de flores que oscila desde un sol hasta los 10 soles de acuerdo al bolsillo del interesado.
Santiago Hilario es uno de los personajes que han hecho de este cementerio su centro de labores, él lleva más de 40 años tocando su violín a todo aquel que desee cantarle a su finado, como llama a los muertos.

Anécdotas
Nos cuenta que estuvo presente en el entierro del fundador del Apra Víctor Raúl Haya de la Torre ocurrido un 7 de agosto de 1979.
Nuestro guía comenta que esa vez acudieron más 5 mil apristas para dar el último adiós a su maestro, no quiso mencionar nombres de los personajes que estuvieron presente, pero dijo que fueron muchos.
Hilario se gana la vida algunas veces tocando el violín y otras retocando con su pincel el nombre de los fallecidos en su lápida, labor que inició en 1970 cuando llegó de su natal Bambamarca (distrito de la región Cajamarca) hacia Trujillo en busca de un futuro mejor.
“Mi deseo fue siempre conocer la playa, es así que ni bien acabe mis estudios primarios, hice mochilas y enrumbe mi viaje hacia el norte”, nos cuenta.
Tuvo trabajos fuertes como el de la poda de caña en la ex hacienda Casagrande donde solo duró 8 meses por lo fuerte de las labores en el campo.
Al preguntarle por los preparativos que se aprecian en el cementerio nos dice sonriendo que aún estando muertos, ellos deben estar bien presentables para los invitados.
La Beneficencia les cobra un derecho por trabajar dentro del camposanto y es así que ha podido mantener a su familia.

Nueva imagen del cementerio
"La parte antigua de mi centro laboral está a punto de convertirse en un atractivo turístico por la gran cantidad de personajes que descansan en ella", dice.
Tenemos desde héroes trujillanos como Ricardo 0¨ Donovan, Cecilio Cox Doray, así como a personajes políticos entre ellos Víctor Raúl Haya de la Torre, Pedro de Madalengoitea y Ganoza Calonge.
También están las leyendas como son la de José Ignacio Ganoza Chopitea, de quien se dice, vendió su alma al diablo por amor.
Por las noches ingresa gente a celebrar ritos satánicos, puesto que en el día se encuentran velas negras y sobres utilizados para brujería, nos cuenta.
Además se aprecian las tumbas de los fundadores del colegio seminario San Carlos y San Marcelo creado en 1625 donde estudiaron José Faustino Sánchez Carrión, José Toribio de Mendoza, Víctor Raúl Haya de la Torre, Luis José González de Orbegozo y Andrés Rázuri.
Nuestro personaje indica que la muerte une a todos, en este espacio no existen ni pobres ni ricos. El hombre al nacer comienza su recorrido hacia un destino el cual te lleva a lo irremediable que es la muerte, es por eso, que no hay que tenerle miedo.
Hilario se despide con una frase que deja en el aire, no hay que llorar a nuestros seres queridos porque ellos no lo desean, “las personas realmente mueren cuando son olvidadas”.

Por: Martín Vazallo
(RPP)