lunes, 6 de julio de 2015

El rol del maestro

Por: Dionisio Mantilla León

Como es conocido, para el 23 de agosto de este año, 220,000 profesores de todo el país estarán disputando una de las 20,000 plazas docentes vacantes para nombramiento que el MINEDU, a través de la implementación de la evaluación respectiva, viene ofertando para cubrir el déficit magisterial. Enormes y abismales cifras que causan el asombro en un país como el nuestro cuya calidad educativa va a la cola de América Latina y el mundo.

Un asombro que nace de un pueblo que se pregunta: ¿Y luego de concluido el examen y cubiertas las 20,000 plazas, cuál será el destino de los 200,000 que no fueron nombrados? Y eso que el número inicial programado por el gobierno era únicamente de 8,000 plazas. ¿Acaso no hay dinero para cubrir las plazas con nombramiento? ¿Y qué hay de los 197,000 millones de soles o 61,951millones de dólares que el gobierno se ufana que tiene como Reservas Internacionales Netas?

Una cruda realidad que es motivo de indignación de los peruanos por la irresponsabilidad demostrada por quienes conducen hoy el gobierno que no privilegia este importante sector de la vida nacional negándose tercamente a dedicar el 6% del P.B.I. tal como así la dispone aquella magna ágora peruana como es el Acuerdo Nacional.

En este contexto arribamos al 6 de Julio día reservado para recordar al maestro peruano. Una brillante oportunidad para reflexionar acerca del rol que le compete hoy, cercano al 2021, año de la celebración del bicentenario de la independencia nacional. Y el rol que le compete y que siempre ha tenido, pero que hoy debe fortalecer como es el de ser formador de líderes, de auténticos líderes, entendido esto como la asunción del maestro de su rol de cimentador de la axiología, la ciencia y la cultura en favor de la Humanidad.

Pero, educar no debe ser formar ciudadanos para la vida tal como siempre se ha dicho y se dice, sino formar ciudadanos líderes idóneos propiciadores del cambio positivo de la comunidad. Es decir, un rol que supere el egoísmo del pasado y subraye el compromiso y la solidaridad futura para construir un mundo nuevo.

Esto es, en lo axiológico, el maestro debe ser un sembrador de los valores humanos de libertad, dignidad, trabajo, capacidad y honestidad. Forjador de un ciudadano de nuevo tipo no sólo reclamador de justificados derechos sino cumplidor de conscientes deberes para con sus alumnos y su comunidad. Un maestro, que no sea un apóstol, pero si un personaje capaz de convertirse en un modelo, un labrador de conciencias, revestido del ejemplo y no de retóricas baratas. Forjador de líderes capaces de construir un mundo nuevo con un orden económico y social diferente, basado en la justicia, la paz y el bienestar, caros ideales dejados como imperecedero legado por Jesús, el Maestro de Maestros.

En lo científico y cultural, como forjador de un nuevo personaje poseedor de nuevas actitudes que signifiquen creatividad, innovación, modernidad, aporte a la tecnología, pero puestas al servicio y bienestar del ser humano. Un personaje constructor y defensor de un mundo nuevo, libre de la explotación del hombre por el hombre, un ser humano verdaderamente humano. Un mundo libre de contaminación y absoluto respeto a la ecología. Un hurgador e investigador de nuevos escenarios en el cosmos.

Nos encontramos ad portas de arribar, al 2021 y con ello a los 200 años de la epónima fecha en que un grupo de próceres y precursores peruanos imbuidos de amor a la libertad proclamaron, bajo la égida del libertador, José de San Martín, la independencia de la Patria, luego de 300 años de sojuzgamiento en manos de los hispanos. Fecha que cobrara magnificencia cuando, años después, otro adalid, el libertario, Simón Bolívar, impusiera, junto al huamachuquino, José Faustino Sánchez Carrión, el sello de dicha independencia y la dignidad patria con la Capitulación de Ayacucho, un 9 de diciembre de 1825.

Nos encontramos a 5 años del Bicentenario de la Independencia Nacional y con ello nace la imperiosa necesidad de un cambio, que signifique el denodado esfuerzo por construir, junto a los maestros de nueva mentalidad, una sociedad peruana diferente cimentada en los valores humanos y en la creatividad. Una Patria libre, justa y desarrollada que permita al pueblo vivir con seguridad y bienestar plenos.

¡Este 6 de Julio, vaya nuestro cordial saludo a nuestros hermanos los maestros peruanos!