domingo, 12 de julio de 2015

no sabes nada, Maestro….


Claudia Cabieses

Escribe: Claudia Cabieses

En las décadas que llevo de docencia he recibido, en contaditas ocasiones, un metafórico escupitajo que buscó humillarme directamente… “son pocos, pero son”.

Hace veinte años la madre de XYZ pidió una cita conmigo. Su hijo había tenido un comportamiento inadecuado en repetidas ocasiones, yo le había llamado la atención y reacción siguiente: cita con la profesora para encararla. Ojo, aclaro directamente que esa fue la intención desde un principio. XYZ ya me había “amenazado” diciéndome que su progenitora iba a venir. (¡Uyyy qué miedo, mira cómo tiemblo….! pensé yo). Vino pues la señora con la pata en alto, dispuesta a atacarme a la yugular para defender a su cachorro que era un “santo varón” de dieciséis añitos.

En la charla cuestionaba mi método de enseñanza, la sanción que le había colocado al niño, mi falta de tolerancia, mi poca paciencia, lo aburrido que era mi curso, casi casi hasta mi estatura… y afilando su lengua en el tono más hiriente que pudo buscar me dijo: claro, cuando uno no puede ser nada, es profesora de colegio.

¡Dios mío! Fue ahí cuando puse a prueba precisamente mi tolerancia, mi paciencia y mi autocontrol. Dignamente, la miré con cara de resignación, di por terminada la cita y le dije que con pena la sanción estaba bien colocada ajustándome al reglamento interno del colegio. No había nada más que hacer. Si usted no está de acuerdo, puede pedir una cita con el director.

Sin embargo, cuando uno no puede ser nada, es profesora de colegio me arañaba el alma una y otra vez. Esta señora me había ofendido, y no solo a mí, había ofendido a los miles de maestros que llevan sobre sus hombros el peso, EL PESO, de velar por la educación de millones de estudiantes: desde los dos hasta los diecisiete años –como promedio-.

El basureo a los docentes escolares es enorme. El reconocimiento mínimo. Los chicos van creciendo y la imagen se va desdibujando frente a sus propios ojos (frente a los nuestros). Empezamos a volvernos transparentes, inútiles, porque finalmente el mundo verdadero está fuera del aula y creen que lo que les damos dentro de ella carece de valor.

Reto a un padre que se pueda parar frente a centenares de alumnos, cuarenta horas a la semana y asumir por ende, todo el bagaje emocional que cada uno trae consigo. Reto a una madre que aguante las personalidades múltiples donde destacan: el de la mirada oscura, el nervioso, la tímida, el habilidoso, el soberbio, la coqueta, la inteligente, el descuidado, el matón, el brillante, la achorada, la cariñosa, el inseguro, la prepotente y la lista es interminable si hacemos una mezcla de ello. Lo que pueden manejar todos los días diferentes géneros, edades, procedencias, situaciones económicas y encima, AGUANTAR a los padres que te meten cabe, tienen la fortaleza enorme para no morir en el intento.

De otro lado, hay padres que necesitan que el profesor los “cuadre” porque ellos no se atreven, padres que les hacen la tarea para “sacarnos” 20, padres que desautorizan y demandan. Padres que ven a la distancia (si ven) que doce años de educación en realidad solo han servido como dique de contención de 8 am a 3 pm. Padres que no ven a la cara a sus hijos y les dicen: tu profesor no sabe nada, no te conoce.

Yo no sé si sumando el tiempo que estamos nosotros con los alumnos es igual al que pasan ellos con sus padres. ¿Por qué no confiar en el profesor? Simplemente porque ¿te duele que te diga la verdad? Sí pues, duele que te digan que tu hijo miente, que tu hija es “atrevida”, que tu pequeño tiene malos modales… porque en vez de buscar una solución conjunta decides fusilar nuestra experiencia y decir no puedes ser nada.

Hoy te digo, mi querida madre de XYZ que, aunque hayan pasado más de veinte años, en tu frase ya había una doble negación (aunque el castellano lo admite) NO puedes ser NADA…. ¡Claro querida! Hoy te contesto y voy a refinarme -pido disculpas a los que no hablen inglés- y cito al creativo George Martin: you know nothing. y a mi estilo: you are nothing… .es decir: sabes NADA y eres lo mismo… YO SOY profesora y seré profesora.

Lo siento, tenía que sacarlo para fuera.

¡Feliz día a mis maravillosos y luchadores colegas! A los que decidieron ser algo, hacer algo, sacar lo mejor de cada alumno a pesar de todo.

Feliz día a los que fueron mis profesores en el nido, en el colegio, a los que trabajan conmigo en el Cambridge y a todos mis amigos que siguen esta maravillosa, extraordinaria ocupación, carrera, profesión, vocación.

Esto se lleva en la sangre estés donde estés. Y es cierto que a veces nos cansaos, que no siempre estamos con ganas, que sería fácil mandar a leer un link o una separata todos los días y ya… pero así no es la cosa.

SOMOS ALGO, SOMOS ALGO.