La recibió en Barcelona y recordó los años que vivió en dicha ciudad.
El escritor Mario Vargas Llosa ha rememorado, hoy durante el acto de entrega de la Medalla de Oro del Círculo del Liceo de la capital catalana, los cinco años que residió en Barcelona en la década de los setenta, calificándolos de entrañables, y sin esconder que piensa en ellos a menudo.
En un sentido discurso, el premio Nobel de Literatura ha aseverado que fue una época de "mucho trabajo, optimismo y de ver el futuro con esperanza e ilusiones, que no han sido totalmente defraudadas".
A su juicio, "las cosas están hoy mucho mejor de lo que estaban". "Para quienes vivimos aquella experiencia -ha proseguido- las imágenes que tenemos de esos años son una fuente a la que volvemos una y otra vez en momentos de desmoralización, porque allí hay reservas de dinamismo, entusiasmo, generosidad y una amistad que siempre enriquecen la vida".
Conmovido, el peruano ha tenido palabras de agradecimiento para Carmen Balcells, que fue la persona que "desembarcó un día en Londres" y le pidió que dejara su trabajo en la Universidad para instalarse en Barcelona. "Cuando ella da órdenes -ha subrayado- o las acatas o la matas".
Renunciando, por tanto, a una carrera universitaria, Vargas Llosa, acompañado de su esposa Patricia y de sus dos hijos mayores, empezó una nueva vida en el barrio de Sarrià e incluso pudo asistir, por primera vez, a un parto, puesto que presenció el nacimiento de su tercera hija Morgana, en la Clínica Dexeus.
Fuente | EFE