martes, 2 de junio de 2015

Sánchez Carrión: al rescate de su memoria

Foto: Beto Mendoza
Por: Dionicio Mantilla León

13 de febrero de 1787_ 2 de junio de 1825. 38 años vividos con extraordinaria intensidad y lucidez, con total entrega al servicio de la libertad e independencia de la Patria sojuzgada por los hispanos durante 300 años. Una vida auroleada por los inexorables designios del destino que marcara un hito de liderazgo y capacidad gubernativa para construir los cimientos del Perú libre y trazara la senda de la integración de América Latina.

La Patria en verdad tiene una deuda con el “huamachuquino sin par”. Una deuda que sólo puede ser pagada con la voluntad sincera de rescatar su memoria. Un rescate que debe servir como testimonio de gratitud y como estela del buen ejemplo que deben internalizar y seguir las actuales y las nuevas generaciones del Perú y América.

Con el insigne libertario huamachuquino tenemos que enarbolar, hoy, las banderas “de los imprescriptibles derechos de la Patria y la dignidad del hombre como ciudadano, considerándolo como parte esencial de la soberanía ejercida por la suma de ciudadanos iguales ante la Ley”. Con el historiador Raúl Porras Barrenechea tenemos que decir que “esta arenga es un himno valiente de la libertad, una esperanzada invocación a la independencia de la Patria”.

Sánchez Carrión no sólo fue un líder juvenil, fue el mejor y único líder juvenil de los años aurorales de la Patria; no sólo fue periodista, fue el mejor periodista de su época; no sólo fue el ideólogo de la libertad, sino luchó por ella; no sólo fue el creador de la Republica, sino el instaurador de ella; no sólo fue un congresista, fue el más lúcido y honesto congresista, autor de la Primera Constitución Política del Perú;; no sólo fue el brazo derecho de Bolívar, fue el organizador y primer gobernante del Perú libre; no sólo fue un político, fue el líder por antonomasia que el país anhelaba.

Un líder, que luego de 190 años de su partida al infinito aún debe merecer nuestro afecto y gratitud por su vida y obra, por el invalorable legado de libertad que nos dejara. En estos momentos de aguda crisis de seguridad y moral en que se debate la Patria recordemos y rescatemos su memoria y para ello construyamos ejemplos tangibles de gratitud.

Ejemplos, en Huamachuco y promovidos por la Municipalidad de la Provincia de Sánchez Carrión, como: La recuperación de su casa, testimonio fiel de sus primeros años de vida y de la organización del Ejército Libertador, vivienda que debe servir de museo histórico y centro de cultura. Asimismo, la erección de un monumento digno de su valía, el cambio de la denominación de Avenida principal de la ciudad, 10 de julio, por el de Avenida Sánchez Carrión. Además, la organización de eventos educativos y culturales que tengan como temática la vida y la obra del ilustre fundador de la República.

En la ciudad de Trujillo, la perennización de su memoria aún está pendiente con la concreción de la obra “Óvalo y Monumento a Sánchez Carrión” , en la Urbanización La Rinconada, la misma que fuera gestada y promovida por el autor de este comentario, y cuyo proyecto cuenta con viabilidad, se encuentra debidamente estructurado y presupuestado por la administración municipal del ex Alcalde de Trujillo, Ing. César Acuña Peralta, por un valor de 2’600,000 soles, obra que, lamentablemente, se encuentra trunco por el cambio de administración edil.

Ejemplos, como el de la nominación: “Vía de La Libertad” a la actual carretera Trujillo-Huamachuco, con prospección a los pueblos de Junín y Ayacucho, vía que fuera transitada por el Ejército Libertador de Bolívar y Sánchez Carrión que triunfara en dichos escenarios históricos. Una obra que debe ser promovida por el Gobierno Regional de La Libertad.
La edificación, en Trujillo, por parte del Gobierno Regional de la Libertad, del Centro Histórico y Cultural “Sánchez Carrión” que incluya un museo y escenarios para el desarrollo de eventos culturales y artísticos orientados a perennizar la memoria del ilustre Tribuno de la Patria y los insignes precursores y próceres que nos legaron patria, libertad y democracia.

Arribamos a los 190 años del fallecimiento del tercer libertario del Perú y América y es hora de respondernos: ¿Qué hemos hecho, hasta ahora, por rescatar su memoria?¿Por qué llenarnos falsamente de palabras floridas la boca en los discursos oficiales ensalzando la vida y la obra del ilustre prócer de la Libertad si pasado el 2 de junio sumimos su nombre y su memoria en el más cruel e ingrato olvido? No olvidemos que hoy más que nunca los peruanos necesitamos de ejemplos de vida que no ostenten el condenable estigma de la corrupción y la inmoralidad.