Por: Dionicio Mantilla León
Para el próximo 23 de agosto el MINEDU viene anunciando la convocatoria a los concursos para otorgar nombramiento y contrato docente en I. E. Públicas y Privadas en convenio con el Estado. De esta manera, nuevamente se dará comienzo al ajetreo de miles de profesores de todos los niveles educativos del país para prepararse con el propósito de aprobar las respectivas evaluaciones y, así, obtener el ansiado ingreso a la carrera pública magisterial para luego, de adecuarse a la Ley de la Carrera Pública Magisterial, gozar de los beneficios sociales, económicos y estabilidad laboral; o, en caso contrario, postular a un contrato de plaza docente.
Normado por la Resolución Vice Ministerial 021_2015_del Ministerio de Educación el concurso para nombramiento docente se llevará a cabo en dos etapas: A nivel nacional y a nivel descentralizado. En la primera, los postulantes deberán rendir tres sub pruebas: Razonamiento Lógico, Comprensión de Textos y de Conocimientos Curriculares, Pedagógicos y de Especialidad; todas ellas, totalizando 200 puntos. En la segunda, se deberá evaluar la capacidad didáctica y la formación profesional, méritos y experiencia profesional. La primera, a través de su desempeño en el aula (Clase modelo) y una entrevista; mientras que la trayectoria profesional con el respectivo registro, totalizando hasta 100 puntos.
En esta oportunidad, postularán hasta 180,000 profesores mientras que el número de plazas docentes a cubrir que inicialmente eran 8,000, tal como así lo informara el Ministro de Educación, Jaime Saavedra, ante el reclamo del Secretario General del SUTEP, Hammer Villena, de incrementarlo a 70,000 que es el número de plazas orgánicas vacantes reales y que existe el presupuesto suficiente para solventarlo, dicho ministro lo incrementó a 20,000 lo cual representa un alivio sin ser esa necesariamente la solución a la gran carencia de la falta de maestros en las I.E. del país. La resistencia a incrementar el número de vacantes no nos llama la atención considerando la política neoliberal que sigue el gobierno de no privilegiar este importantísimo sector de la vida nacional.
Sin lugar a dudas, que la implementación de los concursos para nombramiento y para contrato docente constituye una medida a todas luces indispensable a efectos de cubrir las necesidades permanentes de docentes a nivel nacional; esperando que en esta oportunidad sean procesados e implementados de manera correcta habida cuenta las amargas experiencias negativas de años anteriores entre ellas la circulación, días previos al examen, de las pruebas desarrolladas, la suplantación de postulantes y otras irregularidades.
De otro lado, estos concursos a simple vista resultan injustos y abusivos por cuanto se calificará con un mayor puntaje la primera etapa (Prueba Única Nacional), que es esencialmente cognitivo, con un total de 200 puntos; mientras, que la parte medular del quehacer profesional de un docente como es su capacidad didáctica y desenvolvimiento pedagógico dentro del aula, así como su experiencia profesional se calificará con únicamente 100 puntos. Repitiendo nuevamente así los errores de años anteriores con lo que se desdibuja una evaluación que debía ser implementada con la real intención de salvaguardar realmente la calidad de la educación para lo cual es necesario seleccionar al mejor profesor el cual emerge de un buen desempeño didáctico y pedagógico dentro de aula y no de alguien con un amplio bagaje de conocimientos, pero con dificultades para lograr un adecuado aprendizaje de sus alumnos. Así las cosas, saludable hubiese sido que la calificación hubiese sido a la inversa. Ojalá que esta propuesta sea asumida por el SUTEP para lograr así una real selección de docentes en base a su capacidad metodológica y pedagógica.
Concluidos que sean los mentados concursos esperamos que los profesores sean ubicados respetando el orden de méritos pertinente y, que una vez ubicados tales profesionales no estén renunciando a sus plazas al conocer la realidad en que viven las comunidades a las que fueron ubicados. Una triste y deplorable experiencia que fuera denunciada por el anterior Gerente Regional de Educación Wíllard Loyola Quiroz y que lamentablemente ocurriera en la UGEL de la Provincia de Sánchez Carrión en donde 120 profesores renunciaron porque sencillamente no les gustaba trabajar en zonas carentes de comodidades.
Aun así, expresamos nuestros mejores augurios de éxito a nuestros colegas dotados de verdadera vocación pedagógica a aprobar estos concursos para luego llegar a las comunidades andinas a construir con capacidad y dedicación, junto a los padres de familia y alumnos, el hermoso edificio del desarrollo que el país necesita.