Es indigno y supino que se exija una educación de calidad si es el Estado quien no cumple con brindar las herramientas necesarias para el buen inicio del año escolar.
El Estado también debe promover el desarrollo tecnológico. | Foto: Referencial
En el libro El arte de la Guerra, el general militar del antiguo ejército de la China, Sun Tzu, dejó un conjunto de estrategias manuscritas sobre tablillas de bambú para vencer los principales obstáculos en una lid. Una de las tácticas señala que aquel jefe castrense que envíe a sus tropas inermes a un enfrentamiento con el enemigo, es considerado como un ser incapaz e indigno de ocupar ese alto cargo de responsabilidad.
Según el filósofo, los preparativos previos a la guerra implican estrategias de engaño inteligentes, disposición de las tropas en el campo de batalla, armamento necesario, carros de combate, etcétera. Si trasladamos estas útiles lecciones para sortear conflictos en diferentes áreas de la vida cotidiana al campo de la educación escolar peruana, podríamos comparar a los generales con los ministros o gerentes de Educación, y a los soldados sin armas, con los maestros y alumnos.
Y es que, valgan verdades, es indigno y supino que se exija una educación pública de calidad si es el Estado Peruano quien no cumple con brindar las herramientas necesarias para el buen inicio del año escolar (libros de trabajo, material de consulta, mobiliario, etc.) a los educadores y estudiantes del país.
¿Acaso el presidente de la República o alguno de susministros tiene a sus hijos o nietos estudiando en colegios estatales? Seguramente la respuesta es no.
Ellos son conscientes de que sus palabras son falsas y las estrategias emprendidas para mejorarla son ineptas e ineficientes; por eso prefieren mandarlos a estudiar en planteles que les ofrezcan mejores oportunidades de surgir y desarrollarse personal y profesionalmente.
Mientras el ministro de Educación, Jaime Saavedra Chanduví, gana un sueldo mensual de treinta mil nuevos soles, hay escuelas que se caen a pedazos y apenas reciben dos mil nuevos soles para ser refaccionadas.
¿A eso se le llama inclusión social? ¿A planteles sin maestros o docentes que gana sueldos miserables? ¿Inclusión social es rezagar la entrega de textos escolares o material de trabajo hasta después de empezadas las labores educativas? Otra vez la respuesta es no.
Eso se llama negligencia, irresponsabilidad, desidia, incapacidad de gestión y hasta lentitud. Se le puede llamar de cualquier forma, menos brillantez profesional. Según el artículo 13 de la Constitución Política del Perú es obligación del Estado garantizar una educación gratuita y de calidad, además de promover el desarrollo científico y tecnológico, pero, lamentablemente, ello no se da. A poner las barbas en remojo.(la industria)