
Por: Dionicio Mantilla León
El día de ayer tuvo lugar una edición más de las mesas de diálogo programadas por el gobierno nacional como consecuencia del paro indefinido implementado por el pueblo de Huamachuco y convocado por el FEDIP. Un certamen que debía llevarse a cabo en la localidad de Sartimbamba, pero que por razones, se dice, de inseguridad tuvo lugar en Huamachuco. Falta aún la mesa de diálogo a realizarse en la localidad de Aricapampa y en Sanagorán. La delegación de este último distrito no se sabe poqué razones no viene participando desde un inicio. En conclusión, falta una edición más para que termine esta ronda democrática, resultando oportuno entonces preguntar ¿Y cuál es el resultado que se viene obteniendo hasta el momento de estos certámenes?
Quien les habla fue una de aquellas personas que, como muchos, abrigamos, desde un comienzo, la esperanza de obtener muy buenos frutos de este tipo de jornadas democráticas de participación popular y gubernativa; sin embargo, conforme han pasado los meses estos certámenes han devenido en convertirse en reuniones insustanciales, repetitivas y sin la relevancia pertinente, relevancia que le brindaría la presencia de representantes de las gerencias regionales y de los ministerios, todos ellos con poder de decisión, algo que lamentablemente no ha venido ocurriendo en su totalidad sobre todo en aquellos sectores sensibles como Ministerio de Energía y Minas, Medio Ambiente, Trabajo, Educación, Salud y Transportes y Comunicaciones y que tiene mucho que ver con la problematica planteada en la agenda huamachuquina.
Dos solitarias excepciones han sido los Ministerios de Justicia y de Vivienda, que si han enviado a sus representantes, pero con resultados aún no evidenciados ni satisfactorios a plenitud hasta el momento, sobre todo el primero, que tiene que ver con el tema de los ronderos procesados.
En la mesa de diálogo realizada en Sarín y al que tuvimos la oportunidad de asistir, uno de los alcaldes distritales propuso una medida extrema pero justa en el sentido de que en la reunión de Chugay no se presentaban los representantes de los sectores sensibles las mesas carecerían de razón de ser y por lo tanto no debía efectuarse. Propuesta que fue aceptada, pero que lamentablemente no se cumplió, pues con ausencia de los representantes de los sectores requeridos dicho certamen tuvo lugar, lo cual sinceramente para quien les habla fue un gran error y una falta de respeto absoluto a la voluntad de los asambleistas.
Preguntándonos muchos: ¿Si los representantes de los sectores involucrados en nuestra problemática no están presentes que razón tienen las mesas de diálogo? ¿Para qué reunirse? ¿Para escuchar las mismas ofertas de siempre? ¿Para ver a la misma gente de siempre? Mientras tanto los agudos temas de la inseguridad comunal, la incompresión a nuestros hermanos ronderos, los estragos que viene produciendo la minería informal y formal, los accidentes provocados por el transporte informal, la explotación infantil debido a la minería informal, los problemas educativos y de salud, la falta de mantenimiento adecuado de nuestras vías y el asfaltado de nuestras vías carreteras hacia el interior, entre otros temas siguen sin solución.
Esta anómala realidad nos da pie para sostener que las mesas de diálogo se han convertido sólo en un simple saludo a la bandera y nada más lo cual descalifica peligrosamente a este tipo de jornadas de la democracia participativa de tal suerte que para el futuro nadie va a creer en ellas lo cual los demócratas peruanos no podemos permitir jamás. No quisiéramos pensar que la decepción comunal, más aún, el desprestigio en que vienen cayendo las mesas de diálogo de Huamachuco vienen siendo provocados deliberadamente por la misma comisión nacional de la organización de estos eventos con el propósito censurable de hacerle daño a la democracia y al mismo gobierno del Presidente Ollanta Humala. ¿Qué es lo que está pasando en realidad? ¿Se está propiciando adrede el fracaso? ¿Se desea acaso provocar un nuevo conflicto social?
Honestamente, me resisto a dar crédito a esto último considerando que aún faltan algunos meses para dar por terminado el ciclo de un año que se fijara para lograr lo que pomposamente se calificara como: “Mesas de Diálogo para el Desarrollo Integral de la Provincia de Sánchez Carrión”, que por el tiempo transcurrido no tiene ni un ápice ni de “desarrollo” ni de “integral”. Sin embargo, es tiempo todavía de reorientar el rumbo de estas trascendentes jornadas democráticas haciéndose eco del sentir del pueblo huamachuquino que quiere atención a sus problemas ¡AHORA!. Que quiere la presencia de los Gerentes del Gobierno Regional de La Libertad. Que quiere la presencia de los representantes de los ministerios involucrados con nuestra problemática, pero no únicamente su presencia física, sino que ella signifique la adopción de medidas gubernativas inmediatas que den una real solución a los problemas provinciales de no ser así las mesas de diálogo de nuestra provincia son únicamente un saludo a la bandera.