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lunes, 8 de abril de 2013

La Libertad: Un hermoso atardecer en el balneario de Huanchaco


Cuando se disfruta del balneario de Huanchaco
Tradicional balneario trujillano reúne elementos que lo hacen un singular lugar donde se conjuga la naturaleza y el toque humano.

Huanchaco se caracteriza por sus atardeceres perfectos. También es un lugar de magia y misticismo. Huanchaco también es fe. Los domingos hay una masiva asistencia de fieles a la catedral de la Virgen del Socorro.

La sola idea de vivir en Huanchaco endulzaba mi día. No importaba lo lejos que estaba de la ciudad de Trujillo (La Libertad), pero cuando una está acostumbrada a la tranquilidad y cercanía de su casa al trabajo, puede que unos minutos de más signifique mucho.

Para vivir en Huanchaco hace falta paciencia y la capacidad extraordinaria de mirarlo todo, de descubrir detalles, figuras y situaciones aparentemente innecesarias, pero que en realidad lo son todo.

Caminar por sus calles de día o de noche es como flotar por el ambiente familiar de sus casitas rústicas, que dejan la puerta abierta sin temor; y hacen que una se sienta en un pueblo, ajeno al ruido de la tecnología y del tráfico atacando nuestros sentidos.

Ya llevo dos meses acá y todavía es un sueño. Antes solo disfrutaba de Huanchaco los fines de semana y me parecía mágico. Ahora esa magia se ha convertido en misticismo y complicidad que me da el hecho de ser testigo diario de los cambios de la posición solar, de la cotidiana limpieza de sus enrevesadas callecitas, de sus tardes aireadas, del vaivén del mar galante ante surfistas, de sus noches tranquilas y de celebraciones de verano… Y es que Huanchaco, para mí, es un poema.

A veces creo haber recorrido todo el balneario, pero me descubro sorprendida entre nuevos pasajes con murales de arte callejero ataviados de colores. Sus tibias tardes me invitan a pasear descalza por la arena y recorrer a paso lento la extensión de arena que justifica a Huanchaco como reconocido destino turístico.

Es en esta playa donde he visto atardeceres perfectos con un sol delineado color de la mañana sobre un incendiado cielo que refleja sus colores sobre el mar en movimiento. Y qué decir de sus noches, llenas de color cosmopolita y en donde la mejor melodía son las olas del mar.

Huanchaco también es fe. Los domingos hay una masiva asistencia de fieles a la catedral de la Virgen del Socorro, ubicada en la parte alta del distrito, junto al cementerio, y desde donde se puede ver la maravilla del balneario.

Desayunar, almorzar, cenar o leer frente a la playa hace de esta experiencia algo magnífico, tanto por la tranquilidad del paisaje como por la exquisita variedad de platos, sobre todo elaborados con pescado y mariscos, que dan una fiesta al paladar.

Huanchaco es un lugar amigable. A veces regreso rendida tras un arduo día en la ciudad, pero el solo eco de la noche, la sinfonía de las olas y ese aroma de mar hacen que valga la pena el viaje, que cualquier cosa puede remediarse si me detengo a respirar tranquila y con la satisfacción de vivir de cara al mar.

Por: Mariadhela Aguilar Minchón

Dato: Huanchaco se ubica a 14 kilómetros al noroeste de Trujillo.(RPP)

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