" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

 

viernes, 30 de octubre de 2015

Ampliación de extradición de Alberto Fujimori es para juzgarlo por crimen en Pativilca

El 29 de enero de 1992, ocho semanas después de la masacre en Barrios Altos, efectivos del destacamento Colina se desplazaron hasta dos anexos de Pativilca, donde secuestraron, torturaron y ejecutaron a seis personas. Ex agentes del grupo confesaron que participaron en la sangrienta operación.

César Rodríguez al pie de la tumba de su padre, César Rodríguez Esquivel, secuestrado y ejecutado por Colina en Pativilca
Escribe: Lupe Muñoz

La masacre de seis pobladores de Pativilca es una de las más crueles que consumó el destacamento especial Colina, pero poco o nada se sabe de este caso hundido en el misterio. El homicidio múltiple ocurrido el 29 de enero de 1992, poco después del asesinato de Barrios Altos (3 de noviembre de 1991) y antes del secuestro y desaparición de los 9 estudiantes y un profesor de La Cantuta (18 de julio de 1992), volvió a la luz hace pocos días cuando el Poder Ejecutivo autorizó solicitar al Gobierno de Chile las causales de la extradición del ex presidente Alberto Fujimori.

El Tercer Juzgado Penal Nacional elevó el requerimiento de la ampliación de la extradición de Fujimori al encontrar suficiente evidencia de la responsabilidad del ex jefe del Estado sobre el destacamento Colina, compuesto por oficiales y suboficiales del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).

Entre los pocos ex agentes de Colina que han confesado que la organización criminal dependía directamente por cadena de mando del ex presidente Fujimori, de su ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos, y del ex comandante general del Ejército general de división EP (r) Nicolás Hermoza Ríos se cuenta al técnico de segunda EP Jorge Ortiz Mantas.

De acuerdo con la resolución de la Sala Penal Nacional que solicitó investigar al destacamento Colina por el crimen de Pativilca, la confesión de Jorge Ortiz fue clave para descubrir a los autores del séxtuple homicidio.

Admisión de culpa
"En la sesión del 27 de febrero de 2007 del proceso seguido al destacamento Colina, el ex agente Jorge Ortiz Mantas reveló ante la Sala Anticorrupción que en 1992 (el equipo de agentes del SIE) realizó operaciones especiales, que incluían acciones de vigilancia, secuestro y aniquilamiento. El operativo al que se refería Ortiz, y que fuera corroborado por otros miembros del destacamento Colina, fue el secuestro y asesinato de seis pobladores de los anexos Pampa San José y Caraqueño, en Pativilca", señala el expediente judicial.

Jorge Ortiz Mantas sabía mucho del caso porque el jefe operativo de Colina, el mayor PNP (r) Santiago Martin Rivas, lo reclutó para formar parte del comando de aniquilamiento.

Otros ex integrantes del destacamento Colina, convertidos en colaboradores eficaces, ofrecieron a las autoridades datos sobre las circunstancias en que fueron plagiados y ejecutados tres campesinos, un chofer, un profesor y un estudiante en Pativilca.

Según "la declaración de un colaborador eficaz (...), informa sobre las muertes de pobladores en Caraqueño y San José, ocasionadas por miembros del grupo Colina, indicando como partícipes de dicho destacamento al encausado Wilmer Yarlequé Ordinola (ex miembro del grupo Colina)".

Otro colaborador eficaz manifestó que "el día de los hechos participó como conductor de uno de los vehículos (usados en el operativo de Colina), enterándose que habían eliminado a los detenidos en Pativilca".

El 2 mayo de 1992, el destacamento Colina secuestró y ejecutó a nueve campesinos de El Santa. Se trataba de un "encargo" que le dio el general Nicolás Hermoza al jefe operativo, el mayor Santiago Martin Rivas. Un empresario chino que enfrentaba una disputa por unos terrenos acusó falsamente a las víctimas de senderistas y pidió a un familiar cercano al general Hermoza que se hiciera cargo de los pobladores. El caso Pativilca se asemeja mucho a lo sucedido en El Santa. Entre uno y otro hecho de sangre solo hay cuatro meses de diferencia.(la república)