" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

lunes, 24 de enero de 2011

ASESINO DE ARQUEOLOGA KORY AVILA VEREAU CONFESO SU CRIMEN: "LA GOLPEE CON UN MARTILLO"


Henry Alzamora, primo de la arqueóloga Kory Ávila Vereau (37), confesó que fue él quien la asesinó brutalmente el pasado 28 de diciembre en un departamento de la urbanización Los Pinos, en la ciudad de Trujillo, y que enterró su cuerpo en un jardín ubicado cerca del lugar del crimen.
En un video que registró su manifestación ante la Policía, Alzamora Lambert indicó que golpeó a su prima en la cabeza con un martillo al interior del baño del inmueble en donde se encontraban.
“Ese lugar quedó salpicado de sangre”, contó el homicida. Henry Alzamora dijo además que ató de pies y manos a Ávila y la colocó en posición fetal antes de cubrir su cadáver con bolsas.
Kory Ávila había llegado a Trujillo para celebrar la Navidad con su familia, pues trabajaba en Cusco para una concesionaria de Pluspetrol.
Su madre, doña Nora Vereau, dijo al programa de TV “Panorama” que su hija tenía ahorros producto de su trabajo y que eso motivó al codicioso Alzamora a pedirle un préstamo que hasta finales el año pasado no había pagado.
Las investigaciones policiales han determinado que el móvil del crimen fue por la deuda de 18 mil nuevos soles que Alzamora tenía con la arqueóloga.
LA CONFESIÓN
Alzamora Lambert contó que llevó a su prima al departamento deshabitado para convencerla de que le pagaría el préstamo con la remodelación del inmueble que le habían encargado.
Ella no le creyó y discutió fuertemente con su primo, lo cual desató la cólera de Henry que se tradujo en un brutal y cobarde ataque con un martillo. “Ella se volteó y la golpeé”.
Luego indicó que su prima intentó defenderse con una pala pero él la contuvo y siguió golpeándola. “La tomé por los tobillos y la subí al cuarto.
Después la até de pies y manos, la coloqué en posición fetal y la mentí dentro de bolsas y un costal. La amarré y la dejé recostada sobre la pared”, afirmó con frialdad.
Henry dijo que días después contrató a un hombre para que cavara un hueco dentro del jardín del departamento. Cuando estuvo listo arrastró el costal hacia el hoyo y la enterró, no sin antes rociarla con sal para evitar el olor del cadáver se disipara.
En su confesión, el homicida omitió que para evitar que la mujer sea identificada echó ácido en el rostro de su prima. (El Comercio)