
Escribe: Dionicio Mantilla León
Decepcionante, continuista, pro empresarial, populista, simplista y carente de dimensión histórica, es la impresión que dejaría la primera prueba evaluativa a los cinco candidatos presidenciales que ocupan los primeros lugares en las encuestas, prueba que significaría su presentación en el evento CADE 2015 organizada en la localidad de Paracas (Ica) por los empresarios del país. En suma, todos los candidatos serían reprobados porque ninguno da la talla de Estadista, es decir, no serían capaces de conducir satisfactoriamente los destinos del Estado Peruano a partir del 2016. ¿Hasta qué punto será verdad esto?
Considerando que el período presidencial de cinco años se inicia en julio del 2016 y termina en julio del 2021, todo plan de gobierno de los candidatos debe ser estructurado en dicha dirección, esto es, el Bicentenario de la Independencia Nacional a celebrarse el 2021, de tal manera que por la trascendencia histórica que tiene dicho acontecimiento histórico arribemos a él con objetivos y metas claras alcanzadas a plenitud que apunten a un solo horizonte: El desarrollo socio económico integral de la nación.
Para ello, es preciso contar con un plan de gobierno debidamente elaborado y, por supuesto, no plagiado como el que presentó días antes el APRA. Un Plan que tome en cuenta un diagnóstico veraz de la realidad que vive el país y tenga en cuenta los asuntos principales del devenir histórico de su sociedad, como: Reforma del Estado, Democracia, Derechos Humanos, desarrollo social, desarrollo económico, infraestructura vial y de telecomunicaciones, seguridad, corrupción, política exterior y soberanía.
Lamentablemente, los aspirantes a ser nuestros máximos gobernantes nacionales a juzgar por lo que han expuesto han dejado mucho que desear, pues sus propuestas no han pasado de ser ideas sueltas notoriamente populistas, continuistas y simplistas con énfasis en unas y desdeñamiento de otras. No se ha percibido una visión real de país, tampoco se ha señalado un norte, metas y objetivos gubernamentales de cara al magno acontecimiento histórico del Bicentenario de la Independencia Nacional.
Ninguno ha tocado temas trascendentes como la paulatina pérdida de soberanía en nuestros recursos naturales, así como de nuestros sectores empresariales estratégicos como puertos, aeropuertos, entre otros; los cuales se vienen entregando sin ningún reparo a empresas extranjeras principalmente, chilenas; al punto que, en promedio, el 70% de lo nuestro sencillamente ya no pertenece a los peruanos pues su propiedad se ha concesionado (Un disimulo de la privatización). Ni que decir del sector comercial, financiero y telecomunicaciones que en su mayoría es extranjero.
En el evento del CADE 2015 se favorece al empresariado privado con la disminución del IGV y del Impuesto a la Renta. No se ha propuesto nada sustantivo en cuanto a eliminar el clima de inseguridad ciudadana que nos agobia pues con un mayor número de policías sin afrontar las raíces mismas de la delincuencia con un plan de prevención es hacer más de lo mismo, más aún si no se implementa la reforma del Poder judicial, Fiscalía, Policía y el Instituto Nacional Penitenciario.
Tampoco ningún candidato dijo si se eliminará o no la facultad presidencial de indulta a delincuentes y narcotraficantes la que en exceso utilizó el líder aprista. No resultó nada ético, además, que la candidata Keiko Fujimori oferte crear los sistemas “Pro Joven” y el de “Prevención de conflictos” los cuales ya existen desde hace muchos años, una propuesta que constituye una ofensa a la inteligencia. Tampoco es acertado proponer la eliminación de los actuales programas sociales tal como lo han anunciado dos candidatos.
El énfasis puesto en lograr el crecimiento económico nacional señalando cifras porcentuales sin enfatizar su justa inversión en el desarrollo humano deja sin piso a quienes lo propusieron. Algo más, afirmar que una medida para acabar con la corrupción es implementando un gobierno democrático es simplista e irreal por cuanto tenemos ya más de varias décadas de vivir en democracia y este cáncer social va en incremento, es más, se hizo presente con mayor fuerza no sólo durante el gobierno dictatorial de Fujimori sino del candidato “democrático” del que hoy lo propone: Alan García.
Pese a todo
Pese a todo lo señalado algunas propuestas planteadas son positivas como: el incremento al 6% del PBI del presupuesto al sector educación y 8% al sector salud, apoyo a las MYPES para su formalización, incremento de las pensiones, entre otras. En suma, según nuestra opinión, los expositores presidenciales en el CADE 2015 no dan la talla del ESTADISTA que el Perú necesita y sus propuestas dejan mucho que desear con la coincidencia de que todos son de una posición ideológica derechista. Democrático hubiese sido invitar a la candidata de la izquierda, Verónica Mendoza, a pesar de no figurar en los primeros lugares de las encuestas, para así contrapesar la balanza y realismo de las ofertas. Esperamos que esto lo haga otra institución.