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martes, 31 de diciembre de 2013

“Las rondas campesinas le ahorramos dinero al Estado”

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Apunte. Fundador de estas organizaciones señala que deben convertirse en aliados del Poder Judicial para combatir inseguridad.

Frank García
Piura

El fundador de las rondas campesinas en Chota, Cajamarca, Régulo Oblitas Herrera, consideró que la labor de los campesinos que administran una justicia especial dentro de sus jurisdicciones le significa al Estado un gran ahorro porque se administra justicia sin cobrar un sol.

“Le damos menos trabajo a los magistrados y ahorra el dinero el Estado. Los ronderos no cobran nada y sin embargo cuánto ganan los magistrados o los padres de la patria que hacen las leyes al revés”, resume Oblitas como la principal labor de las rondas que nacieron oficialmente hace ya 37 años en la localidad de Chota, Cajamarca.

Después de vencer a los abigeos y las huestes de terror de Sendero Luminoso, para el ex presidente de la ronda campesina de Cuyumalca, la organización vive una etapa de conciliación de sus usos y costumbre de la justicia común que por muchos años ajustició y envío a la cárcel a sus dirigentes.

“En lugar de apoyar a las rondas han tenido que meter a la cárcel a los ronderos y al ladrón (lo dejaban) que vaya a robar. La ley está al revés; por ejemplo, si al ladrón lo atrapan con 500 soles en el bolsillo no es delito sino falta, quieren que roben harto”, indicó Oblitas.

Cambios

De esta forma sintetiza parte del desencuentro que todavía existe entre la justicia ordinaria y la justicia especial que ellos administran bajo los patrones como “chicotazo” y la “cadena ronderil” para hechos tan simples como el robo de una gallina o el incumplimiento en el pago de una deuda.

“Queremos que los padres de la patria modifiquen la ley que dice que no es delito robar 800 soles. Acaso quieren que roben harto para que se cumpla la ley. La justicia ordinaria puede demorar cinco años, pero la justicia especial en un día”, resaltó.

Pese a ello, para Régulo Oblitas el nuevo rol de la ronda campesina es convertirse en un aliado del Poder Judicial para administrar justicia y conseguir la paz social. (la república)