domingo, 3 de marzo de 2013

Lo más seguro: la inseguridad


Por: César Lévano

El ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, es, sin saberlo, un cultor de la filosofía. Para él, la inseguridad no ha crecido. Lo que ha aumentado es la sensación de inseguridad. Nos hace pensar en el Obispo irlandés George Berkeley, quien sostuvo, en el siglo XVIII, que la realidad es solo producto de nuestras percepciones: esse est percipi: ser es ser percibido.

Para Berkeley, el mundo solo existe si es percibido. Pedraza cree que la ola de inseguridad que nos amenaza es solo una sensación.

La verdad que perciben los ciudadanos, no solo en Lima, es que la delincuencia se ha desatado hasta niveles intolerables. Caminar por las calles del centro de la capital, o de los Barrios Altos, del Rímac o del Callao es hoy una aventura peligrosa.

Hace tres años, un taxista me advirtió: “en el Callao piden limosna con chaveta”. Pero el crimen progresa: la estadística del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) indica que los delitos con armas de fuego crecieron 23 por ciento en un año.

El ministro Pedraza no cree en la realidad; pero el director de la Policía Nacional, Raúl Salazar, lo supera: inventa la realidad. El jefe de la Policía aseguró, con aplomo y lujo de detalles, que un patrullero persiguió a los maleantes que asesinaron a Félix Gonzales en la notaría Paino. Imágenes captadas por cámaras de video indican que eso no es cierto.

El general Salazar ha demostrado que no hace nada notable en su institución, aparte de inventar historias y descargar culpas en sus subalternos.

El país no puede soportar ese tipo de autoridades, incapaces de defender a los ciudadanos frente al creciente peligro de la delincuencia que roba, agrede y mata en una escalada insólita.

En este diario hemos señalado más de una vez la complicidad que en el segundo periodo de Alan García se estableció en Palacio entre el Gobierno y las bandas de homicidas que se han ensañado con los trabajadores de Construcción Civil. Hay en esto una impunidad escandalosa, que estimula el crimen.

Un factor grave en el Perú de hoy es la droga. Muchos de los asaltantes y asesinos son jóvenes que delinquen para consumir Drogas, o bajo el efecto de éstas. Hay culpas políticas en este fenómeno. El régimen de Alan García, como antes el de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, permitió ese avance. El general Salazar fue el hombre fuerte policial de García.

El ministro Pedraza y el director de la Policía son personajes que, por lo que dejan de hacer y también por lo que declaran, incrementan la inseguridad pública, la sensación, basada en la realidad, de que estamos desprotegidos.

Los dos personajes han creado una corriente de opinión amplia y plural: todos piden que se vayan a sus casas.(la primera)