Por: Dionicio Mantilla León
A escasos dos meses de las elecciones presidenciales del 10 de abril un tsunami político se ha producido en el país causando un gran desconcierto en el electorado. Un tsunami que tiene que ver con la denuncia del plagio (copia) que habría cometido el candidato de Alianza para el Progreso, César Acuña Peralta, en la tesis para obtener el título de Doctor, en la Universidad Complutense de Madrid (España).
Un hecho que, de ser cierto en la magnitud de la denuncia, se convertiría en una negra mancha para el aludido y provocaría terribles consecuencias no sólo en el ámbito político sino, también, en el académico, principalmente en los escenarios universitarios del consorcio del citado candidato.
Empero, ¿Acuña, es el único candidato inmerso en esta maraña envilecida de la política actual? ¿Conociéndose que la titulación para el doctorado de Acuña se produjo hace varios años por qué recién sale a luz en el presente proceso electoral? ¿Se ha hurgado acaso en la titulación y pergaminos del que hacen gala también los demás candidatos? ¿Y las ofertas demagógicas de muchos candidatos no constituyen un delito merecedor de sanción?
Sin lugar a dudas, el plagio, constituye un acto doloso y debe ser sancionado drásticamente por las autoridades competentes. Si se llegara a comprobar fehacientemente se supone que Acuña debe ser sancionado de acuerdo a ley lo que significaría ser sacado de la lid electoral. Plagio que constituye falta grave a la ética, inadmisible en alguien que pretende ser la máxima autoridad del país. Su invalidación electoral modificaría el mapa electoral; empero, al parecer esto no será así por cuanto el J.N.E. esperaría el resultado de la investigación de la Universidad Complutense, la que culminaría después del 10 de abril mientras tanto la campaña electoral seguiría su curso, pero con un pronóstico reservado.
Pero, ¿Por qué recién sale a luz la denuncia de este plagio luego de tantos años de haberse cometido? La respuesta es fácil de hallar si tomamos en cuenta que en el mundo de la política peruana existe un lado visible, en el que se mueven los actores políticos que conocemos, pero, detrás, se mueven los grupos de poder económico, fuerzas muy activas que son los que realmente deciden y manejan las piezas del ajedrez electoral manipulando, incluso, a algunas encuestadoras. Piezas de ajedrez (partidos de derecha) defensores del sistema económico neoliberal causante de los males que aquejan al país.
Lo hecho por Acuña constituye realmente un mal ejemplo para la juventud. Lo razonable es que un candidato se provea de los insumos profesionales mínimos para adquirir capacidad para administrar óptimamente los destinos del país; pero, sin llegar a extremos, hacerlo, significaría sólo satisfacer su vanidad, como es el caso de Alan García, que llegó a usar falsamente el título de doctor sin serlo. ¿Y qué pasó con la tesis de Alan García para una maestría estudiada en la Universidad de San Marcos y que extrañamente ha “desaparecido” de la Biblioteca de dicha Universidad? ¿Y qué hay del plagio de textos de los planes de trabajo del gobierno actual para el Plan de Gobierno aprista? ¿Alguien ha hablado de sanción?
¿Y qué hay de Alejandro Toledo que se ufana de haber estudiado en las mejores universidades de EE.UU., pero emplea un lenguaje grosero y vulgar indigno de un académico y estadista? ¿Y qué decir de Keiko, que despreciando a las universidades peruanas se fue a estudiar a las de EE.UU., pagando sus estudios con dinero que su padre robaba del gobierno? ¿Y Pedro Pablo Kuschinsky y Julio Guzmán? ¿Ambos semejantes por su posición ultraderechista, con estudios en universidades extranjeras, ser empleados de bancos mundiales y estar ligados a los intereses extranjeros.
Según la revista Hildebrant en sus Trece (22 enero 2016), Guzmán, estaría ligado a la gran empresa minera MEDCO y a la gran empresa, MACRO CONSULT, representante de grandes compañías transnacionales como: Mobil, Odebrecht, etc y de nacionales: Gloria, Graña y Montero, etc.; además, se opone a la Ley de Consulta Previa a las comunidades nativas. Y, según denuncian dirigentes del partido Nacionalista, este candidato habría plagiado gran parte del Plan de Gobierno del Partido Nacionalista.
Concluimos: El tema del plagio y la mentira es la parte débil de muchos de los candidatos a la Presidencia de la República, algo que debemos de tomar muy en cuenta el 10 de abril. ¿Existirá alguna opción política confiable?