" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

sábado, 28 de marzo de 2015

2016: principio sin principios

Por: César Lévano

La llamada clase política empieza a agitarse con miras a las elecciones del 2016. Por ahí asoman anuncios de alianzas que, de ser ciertas, revelan un afán de ganarse alguito –algunas curules– en contubernios sin principios y sin vergüenza.

Se habla con insistencia de una alianza “de centro izquierda” en la que estarían Ciudadanos por el Cambio, cuyo personaje principal es Salomón Lerner Ghitis (quien fue conmilitón de la excluyente cita en Palacio organizada por Nadine Heredia, y quien, según Caretas, se reunió hace poco, en compañía de izquierdistas, con PPK en casa de este).

Carlos Tapia, militante de Ciudadanos por el Cambio, ha precisado que este no es un partido político, sino un colectivo. ¿Qué fuerzas puede aportar a una alianza? A mal palo se arriman los oportunistas del caso.

En información reiterada se indica que en esa alianza potencial están el Partido Humanista (del expremier de Alan García, Yehude Simon) y el Partido Comunista Peruano. Esa amalgama explicaría la reflexión reciente de Tapia, de que las alianzas con unidad ideológica están siendo derrotadas. ¿Dónde? ¿En Grecia, en España?

La ensalzada ausencia de ideología tiene ya claros exponentes en el Perú. A nadie se le va a ocurrir que el partido de Fujimori, o el de PPK, o el Apra de García, o el Nacionalista de Ollanta Humala, encarnan una ideología. Lo más que tienen es el catecismo neoliberal que el imperialismo impone.

Hace diez años, un veterano diplomático peruano, muy ligado al Apra, me dijo, antes de que empezáramos la entrevista que le iba a hacer para Caretas: “Lo que la política peruana necesita es una izquierda fuerte”.

Muchas personas no izquierdistas opinan lo mismo, porque les disgustan la corrupción, el entreguismo al amo extranjero y la ofensiva privatizadora contra la salud y la educación de las mayorías.

Por eso hay que alentar la unidad de la izquierda, es decir, de quienes sí tienen una ideología, un sentido de la historia latinoamericana y mundial, una memoria leal a José Carlos Mariátegui y César Vallejo.

Esa unidad está en marcha. Unida, la izquierda es más fuerte, y puede asumir con nueva imagen, nuevos cuadros y nuevos bríos la búsqueda de una coalición con fuerzas de centro y progresistas.

En ese contexto, repruebo la diatriba publicada el domingo en la sección Puras Pataditas de este diario contra Marco Arana. El redactor estampó que “la apuesta es ver si el excura logra aunque sea el 0.1% de votos”. Parece escrito por el columnista más bilioso de la extrema derecha.(diario uno)