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sábado, 30 de agosto de 2014

Dos regiones rumbo al desarrollo


Por: Dionicio Mantilla León

Por muchas razones la Región La Libertad está llamada a ocupar uno de los primeros lugares en el mapa del desarrollo económico y cultural del país; sin embargo, existen fuertes escollos que lo impiden uno de ellos es la carencia de una red de infraestructura vial asfaltada que conecte e integre todas sus provincias y, junto a ello, vías que la conecten también con regiones vecinas. En este último caso, la carencia de 2 puentes, la del puerto Calemar sobre el rio Marañón y la de Antonio Raymondi (ex Santo Cristo II), sobre este mismo río, impiden una indispensable comunicación vial y es causal del aislamiento de varios pueblos, censurable realidad en estos tiempos de modernidad y adelanto tecnológico en el que vivimos.

Como es ampliamente conocido la provincia de Bolívar geográficamente pertenece a nuestra región, pero en la realidad esto no es así por cuanto no está conectada vialmente con ella pues para llegar a la localidad de Bolívar, capital de dicha provincia, necesitamos trasladarnos primero a la ciudad de Cajamarca, pasar a Celendín para de allí recién enrumbar hacia dicha ciudad. Este enojoso hecho propicia el aislamiento de numerosos pueblos bolivarianos ubicados al otro lado del Marañón ricos en recursos naturales y de gran productividad agrícola y ganadera los que se pierden por la falta de fluidez vial y por ende de un adecuado movimiento comercial lo que trae consigo, a su vez, el atraso económico y su consideración en el mapa de la pobreza y extrema pobreza del país.

De otro lado, como también es conocido, nuestra región geográficamente es vecina de la región Ancash con la cual nos conectamos vialmente por la costa y por algunos puntos de la sierra sobre todo de la provincia de Santiago de Chuco; sin embargo, más al interior, por la provincia de Pataz, no existe tal conexión impidiendo un intercambio comercial fluido y propiciando el atraso económico de muchos pueblos de ambas regiones entre ellos los de la provincia de Sihuas en Ancash.

Esta problemática debe ser subsanada de inmediato. Una de las alternativas que desde hace algunos años se viene planteando es la construcción del puente de Calemar y la construcción del tramo vial hacia el abra el Naranjillo en la provincia de Bolivar; asimismo, la reconstrucción del puente Antonio Raymondi que une la provincia de Tayabamba (La Libertad) y la provincia de Sihuas (Ancash). La primera obra unirá los pueblos de El Pallar y El Convento, en la provincia de Sánchez Carrión, con las localidades de Calemar, Condormarca, Bambamarca y Bolívar, en la provincia de Bolivar. Dicho puente figura en el Plan Nacional Vial del Estado y su ejecución, valorizada en 33 millones de soles, estará a cargo de Pro Vías Nacional, contará con estructura metálica, con 120 ms. de longitud y será de doble vía.

El segundo puente, proyectado a tener 130 ms. de longitud y doble vía, por negligencia de la compañía constructora Ibero América, se cayó en junio del 2012 y se encuentra entrampada en el reinicio de su reconstrucción pese a ser de vital importancia por ser punto de pase de la vía Chimbote, Pallasca, Tayabamba y Tocache tramo que forma parte de la Carretera Interoceánica Central Perú _ Brasil que viene siendo impulsado por iniciativa de la Asociación Civil del mismo nombre integrada por destacadas personalidades de la ciudad de Tayabamba.

En la actualidad, ambas obras de envergadura se encuentran consideradas en el paquete de proyectos viales de Pro Vías Nacional y forman parte de las metas a alcanzar en el corto tiempo de gestión del Presidente interino del Gobierno Regional de La Libertad, Carlos Sandoval de La Cruz, quien desde la asunción en el cargo las viene impulsando para su pronta concreción, actitud que viene dando sus frutos por cuanto la construcción de ambos puentes por fin se estará iniciando en el presente año, el primero en setiembre y, el segundo, en Noviembre.

De esta manera, dos obras de gran envergadura vial se convertirán en una bella realidad y con ello habrá de propiciarse la incorporación y articulación de muchos pueblos liberteños y ancashinos hoy aislados. Asimismo, se habrá de iniciar el anhelado desarrollo económico de dos regiones importantes de la nación.