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jueves, 24 de julio de 2014

Con plata, ¿toda impunidad vale?

Editorial

No es el primer episodio de poda y hasta tala de árboles que ocurre, siempre favoreciendo a políticos de Alianza Para el Progreso

Se debe sancionar a los candidatos que actuan de esta forma| Archivo
Se debe sancionar a los candidatos que actuan de esta forma| Archivo

Son insuficientes y poco creíbles las explicaciones brindadas por funcionarios del Servicio de Gestión Ambiental de Trujillo (Segat) para desvirtuar la denuncia que hemos publicado en nuestra edición de ayer.

Debido a que no es el primer episodio de poda y hasta tala de árboles que ocurre, siempre favoreciendo a políticos de Alianza Para el Progreso (APP), la gente duda de que esas explicaciones tengan fundamento.

Si estaba programada la poda de árboles frente a la esquina de los jirones Unión y la avenida América Sur, cerca del hospital EsSalud Víctor Lazarte Echegaray, ¿por qué no se efectuó varios días antes de que se colocara en el lugar el panel en el que aparecen César Acuña Peralta y Manuel Llempén Coronel, candidatos a la Presidencia Regional de La Libertad y a la Alcaldía Provincial de Trujillo, respectivamente? Hubiera sido igual de criticable, aunque el impacto y la chapucería habrían sido probablemente de menor impacto.

Por supuesto, esperábamos las respuestas que el Segat ha dado: que no hay afán de favorecer a nadie, que todo ha sido producto de un plan previamente establecido, que incluía la poda de esos árboles, que se trata “solo de una coincidencia” y otras explicaciones. Frente a este problema, lo que se tendría que hacer es actuar de forma distinta, sólo eso, para que las supuestas coincidencias no se conviertan en sospechas permanentes.

Por ejemplo, hay que decretar una moratoria de poda y tala de árboles, así estén enfermos, en los lugares donde se ubiquen carteles y paneles. Si la idea de los candidatos es buscar puntos transitados para ubicar su propaganda estática, para luego mandar a arrasar con la vegetación de la zona, merecen que se los condene de antemano.

Nosotros ya lo hicimos, por supuesto, sin esperar los resultados de una investigación de la Defensoría del Pueblo. Y no porque se nos antoje o porque actuamos arbitrariamente, sino porque hay un cúmulo de hechos consumados y demasiado burdos como para querer esconderlos bajo la alfombra. La comprobación, además, es periodística. Por tanto, sólida.

Otra solución sería establecer, de antemano, los puntos donde ninguno de los candidatos podría colocar ese material publicitario. Eso haría de Trujillo una ciudad pionera en el Perú en la implementación de prácticas éticas en la política.

Aun teniendo a la catadura de políticos que exhibe, sobre todo en el inicio de este proceso preelectoral.

Porque no se puede estar permanentemente con la lupa sobre la conducta previa de los políticos locales, que al final la ciudadanía terminará legitimando con votos válidos aunque no lo merezcan. Además de reflexionar sobre esos métodos, que deben dejar de lado, también tienen que identificar si esa es la conducta que se espera de ellos si logran convertirse en autoridades.(la industria)