" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

domingo, 23 de diciembre de 2012

Mucho cuidado con estafas por las fiestas de fin de año

Por estas fechas las denuncias se incrementan en un 100 %. Ya se han registrado 140 en el 2012.


Pueden ser conocidas y hasta parecer infantiles, pese a ello, siguen utilizándose como ‘carnada’ para engañar a ingenuas personas que se creen el cuento de haber ganado un premio.

Solo por estas fechas, los casos de estafas pueden llegar a duplicarse en Trujillo. Por eso, en esta edición de La Industria les detallamos cuáles son las principales modalidades empleadas por los timadores locales para sorprender a incautos ciudadanos en la víspera de la Navidad y Año Nuevo.

Según indicó el jefe del departamento de Estafas de la División de Investigación Criminal (Divincri), mayor Javier Vargas Chávarri, tres son las principales formas que emplean los delincuentes para engañar a sus víctimas con considerables sumas de dinero.

Llamada telefónica

Es la más utilizada por los delincuentes y, también, la que más resultados favorables les produce. A través del hilo telefónico, los timadores fingen ser policías o fiscales y exigen al interlocutor el pago de montos que fluctúan entre los S/. 500 y S/. 1000 para dejar en libertad a un ‘familiar’ que ha cometido un aparente delito.

“Puede que le digan por teléfono que su hijo, padre, madre, sobrino u otro familiar atropelló a un sujeto y que por eso lo detuvieron. Les dicen que tienen que depositarles dinero a diferentes cuentas bancarias, sea en el Banco de la Nación, BCP, Interbank o Continental, supuestamente para que la Policía lo deje libre”, mencionó el oficial, quien también es jefe de la Policía Fiscal.

Agregó que hasta hace unos meses, con el empleo de esta modalidad, los estafadores pedían exorbitantes cifras que podían llegar hasta los S/. 10 mil. Sin embargo, ahora para hacer más creíble la historia, piden montos no mayores de mil soles.

Pepitas de oro

El trato entre el timador y la posible víctima es directo. En este caso, el delincuente finge ser un viajero o, en su defecto, un poblador proveniente del ande peruano. Lleva en una bolsa o estuche lo que la Policía define como ‘pepitas de oro’, las cuales quieren vender en una joyería.

“Los delincuentes se hacen pasar como si recién llegaran de la sierra y abordan a las personas en la calle. Les dicen que tienen piedras o pepitas de oro. Se hacen los ingenuos y piden que los orienten pues temen ser estafados. Tratan de ganarse la confianza de la persona y luego terminan ofreciéndole los artefactos a las personas que abordan”, prosiguió Vargas Chávarri.

Ricardo Urquiaga Iturrizaga | Redacción La Industria