" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

domingo, 23 de diciembre de 2012

Anécdotas de Huamachuco

Casa de la familia García Galarreta en Huamachuco

El notario

Dos o tres de los numerosos hermanos García Galarreta,
hijos de la señora Francisca Galarreta y del
abogado Simón García, el notario de Huamachuco,
luego de concluir sus estudios secundarios en el colegio
“San Nicolás”, son enviados a Lima donde viven
en un departamento en la avenida Alfonso Ugarte. En
la capital estudian sus carreras en diversas universidades.
Ciertos fines de semana, los jóvenes reciben
la visita de varios de sus paisanos, con quienes arman
unas tremendas jaranas que se prolongan hasta altas
horas de la madrugada.
Como es de suponer, después de cada una de
estas reuniones, el departamento queda hecho una
desgracia, cual si en plan de arrasamiento hubiesen
pasado los potros de los bárbaros Atilas: mesas
y sillas fuera de sitio, colillas de cigarrillo aplastadas
en el suelo, en los rincones o sobre algún mueble o
macetero de flores, melosos envases vacíos de vino,
anisado o pisco, botellas de cerveza, vasos sucios y
otros a medio terminar, y un insoportable olor a tufo
y alcohol que inunda los ambientes.
Un lunes muy temprano, en fugaz visita que
le permite el recargado trabajo en su notaría, Simón
García llega de sorpresa y encuentra tal desbarajuste.
Indignado por el hecho y para cortar de raíz tales
desmanes, en el afán de disuadir y expectorar para
siempre a los beodos que dan pésimo ejemplo a sus
hijos, coloca un letrero en la puerta de ingreso:

QUEDA TAJANTEMENTE PROHIBIDO
CONSUMIR LICOR EN ESTE DEPARTAMENTO.

El siguiente sábado, como siempre, asoman las
escandalosas visitas sorprendiéndose con la mala
nueva, entre ellos el ocurrente “Penquele” Quipuzcoa
quien, sin inmutarse, consigue por ahí una hoja de
papel. Garabatea unas letras encima y, en seguida,
coloca sobre la puerta:

ESTE AVISO NO TIENE NINGUNA VALIDEZ
PUES NO HA SIDO LEGALIZADO ANTE
NOTARIO.

Por: Luis Peña Rebaza