Por: Dionicio Mantilla León
La Central Única de Rondas Campesinas se encuentra de luto. Dos de sus hermanos, nuestros hermanos, han sido asesinados. Esta vez, por una banda de crimínales que, desgraciadamente, a juzgar por los apellidos, son de la zona. El luctuoso hecho ocurrió el día de ayer en la madrugada en circunstancias en que las víctimas intentaban detener a una banda de facinerosos dedicados a asaltar en las carreteras. Nuestros hermanos ronderos caídos en el cumplimiento de su admirable deber son los dirigentes de la ronda distrital de Cochorco, Jaime Infantes Trujillo y Julio Laiza quienes cayeron acribillados por mortales disparos.
De esta manera, el clima de inseguridad que viene imperando en la región y el país se viene agudizando hasta llegar a niveles insoportables, pero en esta oportunidad, desde hace un tiempo, se viene instaurando en nuestra provincia y el ande liberteño lo cual implica que las organizaciones sociales de base, cuyo núcleo fundamental son las rondas campesinas y urbanas, adopten las medidas urgentes que el caso urge. Por lo pronto su máximo líder, Faustino Guevara, ha anunciado que las rondas campesinas se van a armar, como él dice “No para matar, sino para defenderse pues no permitiremos que nos maten”. Un razonamiento totalmente justo y valedero y que no se contrapone con las leyes en vigencia que reconoce la legitima defensa ante hechos flagrantes de un crimen. Crimen que en estos últimos años se ha entronizado en nuestra región.
Quien les habla está completamente de acuerdo con la actitud de defensa personal frente a quien ose atentar, de una manera evidente, contra la vida. Esto por supuesto sin llegar a extremos que tampoco son buenos, pero ante la inoperancia y la actitud blanda y no tan convincente de quienes tienen el deber de brindarnos la protección, se tiene que hacer algo pues en nuestra provincia, al parecer, ya la delincuencia está rebalsando la capacidad de seguridad de la población.
Una prueba de la eficiencia de nuestras rondas frente a la delincuencia y criminalidad está en la rapidez como los 4 asesinos han sido descubiertos, detenidos y disuadidos a confesar su delito. Pero también evidente es el justo temor de los ronderos de la rapidez con que serían puestos en libertad. Esta desconfianza obliga a los ronderos a no dejarlos en manos de quien corresponda y más bien, tal como así lo manda la Ley, (Art.149 de la Constitución Política del Perú) someter a los criminales a cadena ronderil a la usanza de sus ancestros, que es un castigo más efectivo, drástico y justo aceptado por quienes creemos en lo que es correcto, pero creemos, también, que luego de un tiempo de imponerles un merecido castigo se les debe poner, como también es correcto, ante la PNP y el Poder Judicial,
Es así como la unidad de nuestro pueblo se ha hecho patente una vez más. Todos juntos contra el crimen y la delincuencia. Mientras nuestro pueblo permanezca unido los elementos de mal vivir no pasarán. Rondas campesinas, rodas urbanas, juntas vecinales, gremios y comunidad en general junto a sus autoridades construirán la barrera infranqueable contra la inseguridad.
Nuestra solidaridad a nuestros hermanos agrupados en la Central única de Rondas Campesinas de la Provincia de Sánchez Carrión. Nuestra sentida condolencia a los deudos de las víctimas caídas en el cumplimiento de su honroso deber. Golpe a la delincuencia y al crimen. Golpe a la inseguridad. Nuestro apoyo incondicional al paro y movilización cívico _ popular de Huamachuco.
¡Por la incondicional unidad de las organizaciones sociales de base!