" AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO "

domingo, 19 de septiembre de 2021

¡Terrorismo nunca más!

Por: Dionicio Mantilla León

Murió el mayor genocida del Perú y América dejando la huella de su ideología del mal en  varios seguidores en el centro del país, admiradores en el Congreso de la República y en el gabinete ministerial del gobierno de Pedro Castillo.    

Luego de una larga enfermedad que devino en una infección generalizada murió el más feroz genocida de la historia del Perú y América: Abimael Guzmán Reinoso. De sólo mencionar su nombre causa escalofríos al recordar los más de 30 mil asesinatos, pérdidas económicas, torturas, secuestros y violaciones sexuales que con sadismo dejaban las huestes de este ejército del mal emergido para marcar con sangre el libro de la historia negra de nuestra Patria.  

    Por ironía del destino murió el día anterior al 29 aniversario de su captura. Una captura producida gracias a una paciente labor de inteligencia de nuestra policía organizada en el Grupo Especial de Inteligencia Nacional (GEIN) creada y dirigida por el General PNP Benedicto Giménez con apoyo del General Ketin Vidal y en donde nada tuvo que ver el dictador Alberto Fujimori, es más, según versión de Giménez, este mezquinaba la financiación y ponía trabas a la creación de este grupo policial; sin embargo, luego, se ufanaría de que gracias a él se produjo la captura.

    Ha muerto el genocida. ¿Qué hacer ahora? ¿Se acabará el terrorismo subversivo y su nefasta ideología? ¡No! La ideología del mal no ha muerto. Para ello, urge evitar el culto a su pensamiento tomando las providencias del caso como la incineración y el arrojo de sus restos más allá de las 200 millas del mar. Ni tumba, ni mausoleo para los genocidas. Pero urge que los demócratas le demos batalla al terrorismo en su nueva estrategia: la política con su partido el MOVADEF que utiliza la Democracia para sus nefastos fines.      Para ello debemos sembrar la semilla de los valores y derechos humanos y difundir las lecciones que dejó la pesadilla terrorista para que no se repita. Debemos utilizar los escenarios del sistema educativo, los medios de comunicación y todo aquello que sirva para contrarrestar el terrorismo. Jamás el ideal de lograr una sociedad con bienestar, justicia y libertad puede erigirse sobre un cementerio de cadáveres de nuestros compatriotas, barbarie que cabe sólo en una mente desquiciada.

      Pero la posición democrática no prosperará jamás si un admirador del terrorismo como Guido Bellido sigue de Premier y un denunciado por terrorismo como Iber Maraví continúa en el gabinete ministerial; tampoco, mientras el gobierno de Pedro Castillo no se aparte del MOVADEF, brazo político de la ideología del mal, siga contratando como funcionarios a personajes extremistas e ineptos y no actúe como Presidente.