Piden al presidente Castillo que se pronuncie por agravios y actitudes del primer ministro que denigran a la mujer.
No hay lugar a desmentidos. El comunicado emitido por la PCM indica que el primer ministro Guido Bellido “se reunió con parte del Foro de Mujeres del Mercosur, quienes mencionaron su compromiso para trabajar para todas y todos los peruanos sin ningún tipo de discriminación”.
La cita textual permite señalar que hubo la reunión y que se extendieron las felicitaciones mencionadas. Y se hizo entrega de un certificado de reconocimiento que luego se difundió en fotografías oficiales. Cabe preguntarse: ¿quiénes son las damas que acudieron a la cita? ¿Qué labor cumplen y a quiénes representan? El primer ministro Bellido no es precisamente un defensor de la causa de las mujeres y, por el contrario, a cada paso, se descubren sus aficiones a desvalorizar y reducir al género femenino a un papel subordinado.
Comprometer a una organización con un saludo inmerecido por un “compromiso” que no se conoce en qué consiste, porque no hay ninguna intervención del titular de la PCM en la que exprese sus disculpas públicas y su voluntad de rectificación después de los múltiples agravios a las mujeres, antes de ser autoridad y luego ocupando ya tan alto cargo.
Hay que anotar además que el Perú no es un miembro pleno de Mercosur, en el que somos un país observador. Incluso, entre los países integrantes de la organización subregional existen países que quieren modernizar esta instancia y favorecer el libre comercio, por lo que se está dando un debate sobre el futuro de la entidad.
Estas inconsistencias más bien consolidan la hipótesis de que esta certificación formó parte de una iniciativa destinada a mejorar la imagen del primer ministro, por la recomendación de algún asesor despistado.
Dicho esto, es también muy aleccionadora la respuesta de mujeres de diferentes ámbitos de la política, la academia y el sector privado, que han suscrito el manifiesto “Mujeres frente a la violencia de género”, en el que piden que el presidente Castillo tome decisiones sobre la presencia de tres ministros que tienen denuncias de violencia familiar y las cuestionables acciones del primer ministro contra una congresista y sus declaraciones agraviantes, ya aquí citadas. El comunicado también se pronuncia contra toda expresión “que banalice y reste prioridad al grave problema de violencia de género”.