Pide sentencia anticipada. Exasesor presidencial no se arrepiente, solo busca acelerar su libertad tras 22 años y seis meses en prisión.
“Sí, acepto, señora presidenta”. Con estas palabras, el exasesor del dictador Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, aceptó someterse al procedimiento de sentencia anticipada, lo que supuso reconocer su participación en el secuestro y asesinato de 16 personas por parte del destacamento de operaciones especiales grupo Colina, ocurridas en enero y julio de 1992.
La sentencia anticipada será por el secuestro y asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la universidad Enrique Guzmán y Valle-La Cantuta y seis pobladores de la localidad de Pativilca, en Barranca. Mientras Montesinos reconocía su responsabilidad; desde su casa, un risueño Alberto Fujimori insistía en su inocencia o que este caso se incluya en el irregular indulto que le otorgó el expresidente Pedro Pablo Kuczynski.
Para no dejar dudas sobre su reconocimiento de responsabilidad, la presidente del tribunal, la jueza Miluska Cano, le volvió a preguntar si aceptaba las imputaciones de la Fiscalía y la propuesta de responsabilidad civil, a lo que el exasesor presidencial y jefe de facto de los servicios de inteligencia volvió a responder: Sí, acepto, señora presidenta.
Busca su libertad
Pero, ojo, esto no supone que Montesinos muestre un grado de arrepentimiento y reconocimiento de las víctimas. Solo acepta su responsabilidad porque es lo que más le conviene. Sabe que los hechos están plenamente probados y el procedimiento de conclusión anticipada le permite recibir una pena menor que la que solicita la Fiscalía.
Por los asesinatos de La Cantuta, Fujimori recibió una condena de 25 años de prisión, que también correspondería a Montesinos. Las torturas y crímenes de los comuneros de Pativilca recibirían una pena similar, pero en nuestro país las penas no se suman. Por ambos casos, había una altísima probabilidad de que reciba 25 años de prisión.
La conclusión anticipada es un procedimiento en el cual el acusado reconoce su responsabilidad, con lo que le ahorra al Estado realizar el juicio, y a cambio recibe una pena por debajo de lo que solicita la Fiscalía.
De hecho, luego de la intervención de Montesinos, su abogado, Arturo Visurraga, solicitó a los jueces que se tome en cuenta que Vladimiro Montesinos lleva recluido en prisión 22 años y seis meses, por lo que al dictar sentencia, se debe dar por compurgada la pena; es decir, establecer que ya la cumplió.
Montesinos espera salir en libertad dentro de los siguientes dos años, ya sea por sentencia cumplida, pues la máxima pena que se le ha impuesto es de 25 años de prisión, o con beneficios penitenciarios por trabajos en cárcel, escritura de libros.
De manera metódica y silenciosa, desde hace algunos años, el exasesor presidencial viene realizando todos los trámites necesarios que le permitan recuperar su libertad al cumplir su condena o antes.
Por eso se acoge a sentencia anticipada. El caso La Cantuta-Pativilca, que también incluye a Alberto Fujimori, proyecta durar varios años de desarrollo por su complejidad y las alegaciones del dictador.
Así, mientras el juicio se encuentre en desarrollo, él no podría iniciar los trámites de excarcelación.
La fiscal Elsa Delgado Pérez y la procuradora Johana Rodríguez no mostraron oposición a la aceptación de cargos por parte de Montesinos, por ser su derecho. Ante lo cual, el tribunal programó la lectura de la sentencia condenatoria para el próximo miércoles 31 de enero en un audiencia que comenzará a las 11:00 a.m.
Sicariato
En la matanza de Pativilca, el grupo Colina actuó por encargo. En un lío por terrenos en los anexos Caraqueño y San José, un empresario acusó, ante el jefe del Ejército Nicolás Hermosa Ríos, a un grupo de campesinos de pertenecer a Sendero Luminoso. Entonces, Hermosa mandó al grupo dirigido por el mayor Santiago Martín Rivas.
A las 2:00 a.m. del 29 de enero de 1992, el destacamento Colina detuvo a John Calderón Ríos (18), Toribio Ortiz Aponte (25), Felandro Castillo Manrique (38), Pedro Agüero Rivera (35), Ernesto Arias Velásquez (17) y César Rodríguez Esquivel (29), y luego de torturarlos, los mataron de un balazo en la cabeza. En julio de 1992, también en la noche, secuestraron a nueve estudiantes y un profesor de La Cantuta y los ejecutaron a sangre fría.
Impunidad
Fujimori. Alberto Fujimori, que ya fue condenado por los asesinatos de La Cantuta, solicita que la matanza de Pativilca no sea considerada en un contexto de graves violaciones a los derechos humanos, señalando que el Perú recién reconoció esa figura el 2002. (LA REPÚBLICA)