Señala que el crimen ya desbordó y el jefe de la Policía no “reacciona”. Además, esperan reunirse con el ministro del Interior
La percepción de la ciudadanía es que la ola criminal ha crecido en estas últimas semanas y no es para menos. Dieciocho asesinatos en lo que va del año, extorsiones y hasta secuestros son hechos que hacen pensar al presidente de la Asociación de Alcaldes Vecinales de Trujillo, Gerardo Torres Reyes, que el general PNP José Zavala “no está dando la talla” y no se ve por ningún lado un cambio en proceder de la autoridad policial contra el hampa.
Inseguros
“Es lamentable que ni bien pintas tu casa o te compras un carro, los extorsionadores te ponen en la mira y ya están dinamitando tu vivienda. Creo que es momento de salir a expresar lo que sentimos. Ellos (policías) son asalariados por el pueblo. Acá también se necesita decisión política. Nosotros pagamos impuestos y ¿qué se hace con eso?”, se preguntó el dirigente.
El representante de los 59 territorios vecinales de Trujillo dijo que el tema de inseguridad en la ciudad ya desbordó.
“El general no tiene capacidad de respuesta. Se trata de vidas humanas, por favor. Ya parecemos Sinaloa, Tijuana, pero desde el Ejecutivo creen que están en una panacea”, resaltó.
Audiencia con ministro
Ante este contexto, Gerardo Reyes reveló que junto a otros dirigentes de la Asociación de Alcaldes Vecinales de Trujillo evalúan iniciar acciones para exigir un cambio en la lucha contra el crimen.
“Primero, queremos la respuesta del general Zavala y luego estamos buscando una audiencia con el ministro del Interior, Víctor Torres. Esto último lo estamos viendo con apoyo de algunos congresistas, porque cuando él vino a la región se reunió con las autoridades y la crema y nata de la política, pero no visitó las comisarías, no se reunió con la población. Él no sabe absolutamente nada de lo que pasa en la región. Nosotros queremos decirle directamente lo que pasa”, enfatizó.
El pasado 4 de diciembre del año pasado, Víctor Torres, ministro del Interior, arribó a La Libertad debido a una matanza ocurrida en la minera Poderosa, en Pataz. No volvió más.