Semilla del mal. Ingresó a la cárcel a los 20 años por pertenecer a una columna senderista que ejecutó a 5 personas. Los 12 años de reclusión no lo cambiaron, más bien se radicalizó y fundó la organización Voluntad Transformadora para adoctrinar niños.
La historia del senderista Juan Santos Romero también es la historia de otros reclusos que cumplieron condena por terrorismo. Durante la prisión, en lugar de arrepentirse, Santos se radicalizó mucho más y, al recuperar la libertad, prosiguió con las actividades conspirativas, lo que incluyó el adoctrinamiento de niños.
Desde la primera vez que fue arrestado, en 1993, Juan Santos Romero jamás ocultó su militancia en Sendero Luminoso y admitió haber participado en varias acciones. La República consiguió recuperar los informes policiales que registran las circunstancias de la detención de Santos, así como las actas de los interrogatorios a los que respondió, aceptando que era experto en el manejo de explosivos y armamento. La Policía le atribuyó pertenecer a un “comando de aniquilamiento” que había asesinado a cinco personas en Cajamarca.
Su nombre de combate era ‘JJ’ o ‘Jota Jota’.
La ruta del odio
Juan Santos Romero es el mismo hombre que luego de 12 años de reclusión —en el penal de Picsi, Chiclayo, desde 1994 hasta 2006— reapareció como director de la organización Voluntad Transformadora, una escuela encubierta de formación ideológica senderista, cuyos principales alumnos eran menores de edad en un barrio de Huanchaco, en Trujillo (La Libertad). Los estaba preparando para un eventual reinicio de la lucha armada bajo la influencia del llamado ‘pensamiento Gonzalo’, la perversa y criminal doctrina terrorista forjada por Abimael Guzmán Reinoso.
Treinta años después de su primera detención, Juan Santos Romero ha vuelto a caer en manos de la Policía Antiterrorista cuando dirigía un centro de adoctrinamiento senderista. Es muy probable que otros como él, terroristas que nunca se arrepintieron, clandestinamente estén formando nuevos ‘cuadros’. Su captura es una señal de alarma.
Jamás se arrepintió
Conforme al expediente policial antiterrorista, Santos integró una columna que operaba en la provincia de Cajabamba, Cajamarca. Fue intervenido luego de que su grupo acabara con la vida de María Bartolo Graus, Martín Reyes Asunción, Arsenio Ávalos Jiménez, Inés Valeriano Quispe y Eloy Asunción Baltazar, en los caseríos de Chuquibamba y Chingol, el 6 de octubre de 1993.
Aceptó que pertenecía a Sendero Luminoso y que había sido captado por los camaradas ‘Darío’ y ‘Martín’, quienes eran los cabecillas de la columna que ejecutó a las cinco personas.
Según el registro policial, Juan Santos Romero admitió haber “participado en juicios populares, como elemento de vigilancia y contención, para lo cual utilizaba una granada de guerra, y señala, asimismo, que conoce el uso de armas de fuego y manejo de material explosivo”. Es decir, había recibido instrucción militar.
También reveló que los de su columna fueron los que mataron a las cinco personas: “Tiene conocimiento que ‘Darío’, ‘Martín’, Wilson Gutiérrez Hurtado y Alejandro Baltazar Villarroel participaron en el aniquilamiento de Eloy Asunción y cuatro personas más”.
Las ejecuciones se produjeron luego de un “juicio popular” que determinó que las víctimas eran supuestamente “soplones” de las fuerzas del orden, Una farsa de los terroristas para justificar el homicidio de ciudadanos que se oponían a Sendero Luminoso.
“Mi nombre de combate dentro del PCP-SL (Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso) es de ‘JJ’, habiendo ingresado a las filas de mi partido hace aproximadamente unos ocho meses”, dijo Juan Santos, según el acta del interrogatorio.
Confesión senderista
“He participado en juicios populares, siendo mi misión específica de vigilancia, portando una granada de guerra, la misma que tendría como finalidad lanzarla cuando lleguen los perros (policías), o en caso contrario gritar una clave que consistía en las siguientes palabras: ‘Tapa el agua’ o ‘Llegó la plaga’. Y he participado en reuniones, siendo los líderes ‘Darío’ y ‘Martín’”, prosiguió.
Santos ocultaba 20 kilos de dinamita. El material estaba previsto para secuencia de atentados terroristas.
Debe anotarse que Juan Santos Romero pertenecía a la facción terrorista que prosiguió con la lucha armada, después de la captura de Abimael Guzmán y la cúpula senderista, el 12 de septiembre de 1992. Incluso, Guzmán se había rendido y firmaría un “acuerdo de paz” con el régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.
Pero los militantes del sector senderista radicalizado creyeron que todo era un montaje de las autoridades y mantuvieron las acciones militares. Entre ellos estaba Juan Santos Romero, lo que evidencia su grado de compromiso ideológico.
Fuentes de La República que fueron parte de la operación contra la organización Voluntad Transformadora, que dirigía Juan Santos, señalaron que la modalidad de ideologización de menores de edad es muy similar al modelo que practica el cabecilla de la organización terrorista Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), Víctor Quispe Palomino, enquistado en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
“Durante más de 20 años, las llamadas ‘escuelas de pioneros’ de Víctor Quispe formaron ideológica y militarmente a los hijos de los combatientes y a los niños de familias secuestradas. Ahora son parte de la generación de jóvenes a los que Víctor Quispe pretende heredar el MPCP para que continúe en combate. Algo parecido pretendía Juan Santos: adiestrar niños para reiniciar en el futuro la guerra terrorista”, explicaron las fuentes.
Está probado que los hijos de los líderes del MPCP, entre ellos los de los hermanos Quispe Palomino, se han integrado a las actuales columnas armadas del Vraem.
En esta línea, el descubrimiento de Juan Santos Romero y de su organización Voluntad Transformadora preocupa al jefe de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), coronel PNP Max Anhuamán Centeno, porque podría ser un indicativo que exreclusos terroristas que no han renunciado a su ideología también se dedican al adoctrinamiento de niños y jóvenes.
De acuerdo con el reporte de la Dircote sobre el caso de Voluntad Transformadora, esta agrupación está directamente vinculada con el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), creado por Abimael Guzmán para que continúen las actividades proselitistas y de captación de Sendero Luminoso.
Esto significa que Juan Santos Romero no actuaba solo, no dirigía una iniciativa personal, sino que cumplía con una estrategia senderista, según confirmó el coronel Max Anhuamán.
“Voluntad Transformadora es un organismo generado que obedece a los planes de Construcción de Sendero Luminoso, que significa la implementación de centros y talleres de formación con la ideología senderista. Eso es lo que venía haciendo Juan Santos Romero”, explicó el jefe de la Dircote.
“Lo grave de este organismo generado de Sendero Luminoso es el reclutamiento de niños para ser concientizados con el llamado ‘pensamiento Gonzalo’, que es la ideología puramente terrorista. ¿Qué saben los niños de Abimael Guzmán? ¿Por qué los obligan a arengar a Sendero Luminoso? Todo eso responde a una estrategia. Santos no estaba haciendo algo por su cuenta”, indicó el coronel Max Anhuamán.
El jefe de la Dircote resaltó que las actividades proselitistas de Juan Santos Romero no se limitaban a la ideologización de niños.
“También se dirigía a los jóvenes mediante el uso intensivo de las redes sociales para difundir su prédica terrorista y captar a nuevos militantes. Pretendía validar, normalizar, el llamado ‘pensamiento Gonzalo’, como una interpretación correcta de la realidad peruana. La investigación policial ahora busca establecer los contactos de Juan Santos, porque no era alguien que actuaba solo”, señaló el jefe de la Dircote.
Investigadas por caso Movadef figuran con ‘JJ’
Entre las publicaciones de Juan Santos en el Facebook aparece el clan familiar con Nora Alva Alfaro y Nastia del Pozo Ramírez, investigadas por su filiación con el Movadef.
Nora Alva y Nastia del Pozo fueron detenidas durante la Operación Olimpo, cuyo objetivo fue desarticular el Movadef, pero luego las dos fueron liberadas por la Segunda Sala Penal Nacional Liquidadora Transitoria por supuesta falta de pruebas.
En determinado momento del interrogatorio al que fue sometido en su detención en 1993, Juan Santos Romero arguyó que había sido “obligado” a sumarse a Sendero Luminoso.
Sin embargo, en posteriores interrogatorios, que también son parte del expediente al que tuvo acceso La República, Santos justificó su militancia senderista y las acciones terroristas en las que había participado.
Juan Santos Romero admitió que había sido adiestrado en el manejo de explosivos y armamento.
Luego de abandonar la cárcel, Santos se reinsertó en la organización terrorista Sendero Luminoso.(LA REPÚBLICA)