Las autoridades ecuatorianas han indicado que en el asesinato de Fernando Villavicencio participaron varios hombres, supuestamente sicarios. Sin embargo, no pudieron confirmar si alguna de las bandas de crimen organizado que operan en Ecuador estuvo detrás del crimen.
La Policía ecuatoriana confirmó este jueves que los seis detenidos por el asesinato del candidato a la presidencia Fernando Villavicencio son de nacionalidad colombiana, así como el hombre que falleció en el lugar del suceso en vísperas.
Hasta el momento las autoridades han revelado que en el asesinato de Villavicencio participaron varios hombres, supuestamente sicarios, a los que el ministro de Interior, Juan Zapata, en declaraciones a la prensa identificó como Andrés M., José L., Adey G., Camilo R., Jules C. y John R.
Confirmaron, además, que el sospechoso de asesinato que resultó herido por el cruce de balas con el personal de seguridad, y que luego falleció en una ambulancia, también es de nacionalidad colombiana.
En tanto, desde la Cancillería colombiana indicaron que aún esperan información oficial sobre lo acontecido, pero no es la primera vez que ciudadanos colombianos se ven involucrados en hechos de esta índole en otros países, pues mercenarios colombianos también fueron los responsables del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moise.
Las autoridades ecuatorianas no han confirmado si detrás del mortal atentado, que dejó también al menos nueve heridos, entre ellos tres policías, está alguna de las bandas de crimen organizado que operan actualmente en Ecuador.
Violencia en Ecuador
El asesinato de Villavicencio, que prometía luchar de manera frontal contra estas bandas y que en las últimas semanas había denunciado amenazas de muerte en su contra, ha conmocionado al país, en medio de una campaña electoral que gira casi exclusivamente en torno a la crisis de seguridad que azota a Ecuador.
Hace poco más de dos años han incrementado los asesinatos a manos de sicarios y las matanzas a cargo de grupos armados, que el Gobierno vincula principalmente con el crimen organizado, que han ganado fuerza en la zona costera, donde utilizan los puertos ecuatorianos como grandes lanzaderas de la cocaína que llega a Europa y Norteamérica.