¿Represalias? El relevo en la jefatura de la BNP –a pesar de que, según conocedores del sector Cultura, no existían motivos– ha sido la última alarma. El exdirector del IRTP Joseph Dager señala que instituciones técnicas se están politizando.
La reciente salida de Fabiola Vergara de la jefatura de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) se suma a otros hechos que apoyan la tesis de que el Poder Ejecutivo prefiere prescindir de personas que trabajan en instituciones estatales que les pueden resultar incómodas.
El 11 de julio, representantes del Ministerio Público llegaron hasta las instalaciones de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) para llevarse el ejemplar del libro El reconocimiento de los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario en el que la presidenta Dina Boluarte aparece como coautora.
Una denuncia periodística de Latina dio cuenta de que la obra tenía serios indicios de plagio. Entonces, la BNP emitió un comunicado en el que señaló que “actuó conforme a la ley brindando las facilidades en la diligencia”.
Un mes después, este último miércoles, se publicó una resolución suprema que daba por concluida la gestión de Vergara. Se nombró en su reemplazo a Boris Espezúa Salmón. Los méritos de este no se encuentran en discusión, pero no ha dejado de sorprender el cambio, sobre todo porque Vergara, a decir de los entendidos, venía haciendo una buena gestión.
No ha faltado quienes presuman que entre un hecho y el otro existe una relación de causalidad. Entre ellas, la expremier Mirtha Vásquez. El investigador y docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) Marcel Velásquez señaló: “Prosiguen desmantelando instituciones. La ministra de Cultura retira de la BNP a una profesional competente y talentosa. La dirección de la BNP fue siempre un espacio de intelectuales o de bibliotecólogos destacados. La cultura del libro es enemiga de este régimen”.
Vergara ha acusado en entrevistas una falta de transparencia del sector Cultura, que dirige Leslie Urteaga. El Mincul propone a los titulares de la BNP, del Instituto de Radio y Televisión del Perú (IRTP) y del Archivo General de la Nación.
“Preocupa el IRTP”
“Pareciera que el Poder Ejecutivo no ve con buenos ojos que los funcionarios actúen con criterio propio para decidir o ejecutar lo que mejor convenga en determinados sectores. Eso se ve en muchos ejemplos, en donde no se está permitiendo actuar con independencia de criterio. Eso es mucho más preocupante cuando hablamos del sector Cultura, porque son instituciones vinculadas con funciones técnicas que no deben ser politizadas”, advirtió el historiador, profesor universitario y vicerrector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), Joseph Dager. Fue presidente ejecutivo del IRTP y fue sacado del cargo durante el gobierno de Pedro Castillo.
“Lo que ha pasado en el IRTP es preocupante. Tenemos ya dos presidentes ejecutivos nombrados en lo que va del Gobierno de Dina Boluarte. El primero, Jesús Solari, quien validó la salida de dos comunicadores como Carlos Cornejo y Francisco Belaunde, quienes emitieron comentarios que seguramente no fueron del agrado de las autoridades. Luego Solari comenzó a negarse a otros pedidos que violentaban la autonomía del IRTP, lo sacaron y colocaron a Ninoska Chandía”.
Chandía es cercana a la presidenta Boluarte. Ha trabajado con ella en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) y luego en el despacho de la presidencia. Ha sido su jefa de comunicaciones.
No hay que olvidar que a la reportera Ximena Carrasco -quien en una conferencia le preguntó a Boluarte sobre el informe de Human Rights Watch y los asesinatos perpetrados en las protestas- no le renovaron su contrato. Ha habido otros casos similares con extrabajadores del IRTP, todo en el contexto de denuncias de presiones desde el Gobierno para que los contenidos en los medios públicos favorezcan la imagen del Ejecutivo.
“Es un Gobierno muy ensimismado”
“Poner a alguien como Ninoska Chandía en el IRTP es muy preocupante acerca de lo que piensa el Gobierno que debería ser la institución que reúne a los medios del Estado. Es politizarla”, dijo Joseph Dager.
Sobre la salida de Fabiola Vergara de la BNP, señaló: “Es un ejemplo más de lo que decíamos, de esta falta de apertura de un Gobierno muy ensimismado que solamente quiere escuchar a lo que se parece a él, que no admite criterios en contrario y que no acepta el debate”.(LA REPÚBLICA)