Por: Marino Lavado
En Huamachuco, ciudad andina, ha surgido una polémica. Por un lado, están los que defienden a la Aclla (mujer bella del imperio Inca) y otros que defienden a Cautaguan (mujer mitológica del origen de los huamachucos). Desde mi punto de vista, ambos personajes forman parte de la riqueza cultural. Desconocer a cualquiera, sería mutilar nuestra historia y nuestra memoria colectiva. Entonces, el problema es básicamente de orden político. Las preguntas caen por su propio peso: ¿Se planificó dicho cambio? ¿se consultó con la ciudadanía? La respuesta es NO. ¿Existe un Plan de desarrollo local Concertado articulado a las políticas nacionales y sectoriales? Al parecer, tampoco. El Planeamiento Estratégico, su característica principal, es la participación ciudadana con sus diversos actores. Los planes de Desarrollo Local Concertado, deben hacerse en varias mesas de trabajo, debates y análisis minucioso de cada objetivo y acción estratégica.
Además, cualquier modificación y/o mejora de la fiesta de agosto, por ejemplo, se debe tener en cuenta la Resolución Viceministerial Nº 685-2011 del Ministerio de Cultura, en la que se declara Patrimonio Cultural de la Nación y LEY Nº 28296 Ley que establece políticas nacionales de defensa, protección, promoción, propiedad y régimen legal y el destino de los bienes que constituyen el Patrimonio Cultural de la Nación.
El problema que se ha suscitado debe llevar a la reflexión sobre los planes de desarrollo cultural futuros. En la provincia de Sánchez Carrión debe haber un plan construido pensando en el presente y el futuro, un plan a largo plazo que traspase las gestiones municipales y que tenga la legitimidad social. Recordemos que la Política de Estado “Afirmación de la identidad nacional ” busca promover la protección y difusión de la memoria histórica del país. Debemos cautelar la cultura y hacer que cualquiera persona que llegue al poder, tenga los candados suficientes para que no cambie de nombre las expresiones culturales que mejor le parezca y según sus intereses políticos. Así como vamos, se corre el riesgo que cada gestión que entre lo cambie como mejor le parece y así no hay un crecimiento cultural sostenible. La afectación al turismo y al desarrollo cultural puede ir en aumento si no se hace nada.