Por: Dionicio Mantilla León.
“Yo solamente quiero ordenar el país. Salvar el país”. “Yo voy a defender a la nación”. “No somos terroristas, ni vamos a expropiar, respetaremos la propiedad privada“ ¿Estas frases fueron vertidas acaso por un ser mesiánico, un redentor o un gran líder mundial? ¡No! Fueron vertidas por un humilde profesor rural cajamarquino durante la campaña electoral pasada al postular como candidato a la Presidencia del Perú invitado por el partido marxista leninista y mariateguista “Perú Libre” liderado por el cuestionado Vladimir Cerrón. Una postulación que causó un gran revuelo político cuando remontó a 17 partidos políticos y se ubicó en el primer lugar seguido de la candidata Keiko Fujimori. Convertido en un outsider que enarbolaba el cambio como bandera, ganó la presidencia de la Republica por 44,000 votos de diferencia sobre su única contendora.
Han transcurrido ya exactamente 66 días y no hay ningún cambio lo que si hay es un cambio pero de look presidencial y, también, una gran incertidumbre y una terrible ausencia de gobernabilidad. En efecto, la población percibe que, si bien se ha elegido democráticamente a un Presidente de la República, en la práctica este no existe. Su lugar lo ha ocupado el Presidente del Concejo de Ministros Guido Bellido Ugarte quien con exasperante frecuencia incurre en garrafales errores y exabruptos, un personaje antipático investigado por apología al terrorismo, que desprecia a la prensa, amenaza a la empresa privada y se burla del mismo Presidente de Pedro Castillo a quien le ha quitado protagonismo, así como su puesto presidencial lanzando anuncios no coordinados con él ni tampoco emergen de una sesión de Concejo de Ministros, sino de su propia iniciativa usurpando claramente las funciones presidenciales.
Pero ¿Cuál es la causa de esta usurpación de funciones? Sencillamente la ausencia, silencio y falta de liderazgo del auténtico Presidente de la Republica, Pedro Castillo Terrones, un escenario que da pie para que el líder del ultra derechista partido Renovación Popular, Rafael López Aliaga, le critique pidiendo su destitución. Por su parte el Gobernador Regional de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, afirma que “En el Perú pareciera que existieran hasta tres presidentes Vladimir Cerrón, Guido Bellido y Pedro Castillo. El Presidente no se faja, es débil, no gobierna y da ocasión para que otro usurpe su cargo. Pedro Castillo debe sacar a Bellido, designar como Premier a alguien idóneo. Le pido que comience a gobernar el país y, sino, que deje el puesto.” Han transcurrido dos meses y salvo la labor de los Ministros de Salud Hernando Zevallos y Economía, Pedro Francke, el resto de ministros no son “ni chicha, ni limonada”, y lo que es peor Vladimir Cerrón viene pidiendo el cambio de los dos ministros (buenos) antes citados sólo por no ser de Perú Libre.
EL COMIENZO
La decepcionante gestión de
Pedro Castillo arrancó el mismo día de la asunción del cargo presidencial,
evidenciando el “cambio”, pero de, look,
siguiendo con la designación 18 ministros y Premier reclutados de la
cantera de la improvisación y de las investigaciones judiciales incumpliendo la
oferta de formar un Gabinete de “ancha base”. A ello le siguió el abandono de
palacio de gobierno despachando desde su domicilio, no designó su Gabinete de
Asesores, tampoco su departamento de prensa, asumiendo la actitud de la
avestruz que se encierra y no ve ni escucha lo que sucede en su alrededor. Y
cuando salió, se fue al VRAEM para desafiar al Congreso “para que vayan allí
debatir durante una semana, pero sin zapatos”. Una torpeza y absurdo indigno de
un Presidente.
Desesperante inacción, incapacidad y falta de rumbo evidenciada también por su falta de liderazgo en la conducción de las sesiones de Concejo de Ministros, no convocar a conferencia de prensa y no responder al llamado de la prensa. Algo más, cuando las “papas queman” por los graves problemas surgidos, sencillamente se va a Chota como si con él no fuera la cosa.
De otro lado, al producirse su primera salida al exterior a los foros de la OEA y la ONU para motivar la inversión extranjera brinda discursos, pero al retornar no informa al país los resultados de su viaje internándose en la selva como si no hubiese ido al exterior. Este vacío gubernativo y falta de timonel en el país es aprovechado por Cerrón y Bellido ganando protagonismo y agravando más la situación que va camino al desgobierno.
A 66 días de gobierno de Pedro
Castillo la última encuesta de Ipsos arroja una desaprobación del 61 % de su
gestión el que de continuar con los mismos errores se va a incrementar. Pedro
Castillo debe comprender que ya no es agricultor, ni profesor sindicalista, hoy
es Presidente y por tanto debe comenzar a gobernar. El país no está para
repetir los pasajes negativos de la historia.
¡Señor Pedro Castillo, no deje que su gobierno sea hegemonizado o usurpado por los admiradores del grupo demencial pues el pueblo, en uso de su derecho constitucional (art.46), se pondrá de pie para defender la democracia.