lunes, 5 de febrero de 2024

La Candelaria pide justicia y clama: “Puno sí es el Perú”

Voz ciudadana. Regreso de festividad más importante del sur está marcado por reclamo contra la impunidad y el Gobierno y sus aliados por las muertes en protestas.

Comienzo. Más de 400 danzarines de la comunidad de Jatucachi respondieron a Boluarte por su desafortunada expresión. Foto: Artemusa Producciones

La festividad de la Virgen de la Candelaria en Puno, que se realiza luego de tres años de receso por la pandemia del COVID-19 y la convulsión política del año pasado, está marcada por el reclamo de justicia por las muertes en las protestas contra el Gobierno y el repudio al Ejecutivo, al Congreso y a sus operadores.

Ayer, domingo 4, danzantes originarios del carnaval de Santiago de Pupuja de Azángaro, provincia puneña, apelaron a frases en quechua para expresar su rechazo a los congresistas y los malos policías, de especial mal recuerdo por los abusos en la represión a los ciudadanos que protestaron el 2022 y 2023.

“Congresista sua (ladrón), ¿quién te ha dicho que eres congresista?”, entonaron los ataviados con trajes típicos y al compás de pinkillos, tras salir del estadio de la Universidad Nacional del Altiplano (UNAP).

Policía sua (ladrón), policía, ¿quién te ha dicho que mates al pueblo”?, cantaron luego.

El público aplaudió.

Recuerdo. Estandartes reclaman justicia por las víctimas. Foto: difusión

Antes, asistentes al concurso de danzas autóctonas en el estadio exigieron que no persista la impunidad. Además, cientos gritaron “asesinos” a los policías durante el minuto de silencio por todos los fallecidos. Luego de ese momento de recordación, se coreó: “justicia”.

En Puno murieron 21 civiles, seis soldados ahogados por negligencia de sus superiores en el río Ilave y un policía en un caso en que el principal responsable es otro efectivo en retiro.

Después de más de un año de los decesos, no hay sanción. El Poder Judicial solo dictó prisión preventiva para un policía por una muerte ocurrida en Cusco, pero el agente sigue prófugo.

Hacer acto de recuerdo a quienes murieron en la protesta fue propuesta del Consejo de Autoridades Originarias y los delegados de los conjuntos de la festividad. El año pasado, la celebración se suspendió por las víctimas de esta convulsión.

Diversas autoridades y dirigentes han exhortado a que el grupo “Diablada amigos de la Policía Nacional” desista de participar en la festividad de la Virgen de la Candelaria. Este miércoles se debe saber si acata esta demanda o persiste en una participación pese al rechazo.

Otro grupo de baile del Ejército decidió no participar este año, según se pudo conocer.

Celebración. Festividad volvió luego de tres años de receso. Foto: Liubomir Fernández / La República

Desde el sábado 3, primer día del concurso, se evidenció la solidaridad con las víctimas y rechazo al Gobierno y sus aliados. Los danzarines del conjunto aimara Uywa Chuwas del distrito de Pichacani-Laraqueri, aprovecharon su coreografía para responder a Boluarte. Más de 400 danzarines de la comunidad de Jatucachi graficaron con sus ubicaciones en la explanada la frase “Puno sí es el Perú”. El público los aplaudió con entusiasmo.

El conjunto de sikuris, Warawara Wayras del distrito de Huatasani, provincia de Huancané, recordó a su integrante Roger Rolando Cayo Sacaca, que murió por bala en Juliaca.

Los estandartes de la mayoría de conjuntos tenía frases como “Mamita Candelaria, mataron a tus hijos”, “Quechuas y aimaras en busca de justicia” y más.

Justicia y renuncia

Felipe Supo, sociólogo (UNA Puno)

La molestia al Gobierno de Dina Boluarte y Alberto Otárola por las muertes se expresa con el folclore. Las heridas están frescas y latentes. La misma expresión seguirá seguro en la danza de trajes de luces. Las organizaciones populares y pueblos originarios han recomendado que Boluarte ni se asome a Puno. Podría ocurrir una convulsión social. No creo que se atrevan a provocarlos.

Hemos sido claros: buscamos también una justicia de carácter político y esa expresión política es la renuncia de Boluarte y el Congreso. (LA REPÚBLICA)