Hildebrandt en sus trece.
Keiko Fujimori no ha abierto la boca porque la bilis no le permite actuar con serenidad hasta este momento, pero ha mandado a varias de sus natachas a decir que lo de Fujimori es “un exabrupto senil”, ¡Y no! Fujimori, tentado por su narcisismo inagotable y sintiéndose más allá del bien y del mal ha dicho la verdad. Este gobierno se apoya en Fuerza Popular.