domingo, 22 de agosto de 2021

Gestión de Pedro Castillo entre la esperanza y la incertidumbre

Antes del primer mes. 38% de peruanos lo aprueba, 46% lo desaprueba y un 16% no sabe o no precisa. El 33% ve su gobierno con esperanza y el 27% con un sentimiento de incertidumbre.

Hay una caída en la aprobación de Castillo, aunque en julio se calificaba su actuación antes de gobernar y ahora ya en el Ejecutivo. Foto: EFE

El presidente Pedro Castillo no ha logrado un inicio de gobierno con la aprobación mayoritaria de los ciudadanos, según muestra la última encuesta de representación nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), una investigación realizada para el diario La República.

El estudio, que consultó a la población del lunes 16 al jueves 19 de agosto recientes, detecta el alcance de diversas opiniones en nuestro país con márgenes de error de 2,8 puntos por encima y debajo de cada resultado de representación nacional.

Aproximadamente un 38% de los peruanos aprueba la forma como Castillo está conduciendo su gobierno. Es decir, casi dos quintas partes de la ciudadanía da por buena o suficiente la conducción del mandatario sobre el Poder Ejecutivo.

Al contrario, un 46% de la población desaprueba cómo el presidente está dirigiendo su gestión. Esto es, algo menos de la mitad del país que lo reprueba en su manera de gobernar.

En una posición intermedia o no definida, un 16% de los ciudadanos no sabe si aprobar o no cómo Castillo está gobernando o no precisaría una opinión. Algo menos de una quinta parte del Perú tiene esta postura.

Aunque este inicio de gobierno tiene mayor desaprobación que aprobación sobre la conducción del jefe del Estado, en aquella minoría que no sabe o precisa hay cierta situación expectante que aún no se decide por la calificación negativa.

Castillo juró como presidente de la República el último 28 de julio. Foto: Presidencia

El mes pasado, antes de que Castillo asuma la presidencia, un 53% aprobaba cómo había actuado después de los comicios, un 45% lo desaprobaba y un 2% no sabía o no precisaba.

Por lo tanto, hay una caída en la aprobación de Castillo, aunque en julio se calificaba su actuación antes de gobernar y ahora ya en el Poder Ejecutivo.

La aprobación al mandatario sobre su conducción del Ejecutivo está más extendida en las provincias del sur, en las zonas rurales y en el centro del país.

La desaprobación sobre la gestión de Castillo es mucho más frecuente en la provincia de Lima metropolitana y en los niveles socioeconómicos A y B.

Percepciones

La imagen del jefe del Estado está asociada a algunas cualidades positivas en la percepción de la mayoría de los peruanos, pero la confianza no llega a surgir en más de la mitad del país.

Un 57% de los ciudadanos diría que Castillo se preocupa mucho o algo por los que menos tienen. Un 53% lo considera bastante o algo honesto. Asimismo, un 53% piensa que es muy democrático o algo democrático.

Empero, solo a un 46% le inspira confianza mucho o algo.

En Lima metropolitana tiene mayor problema: solo a un tercio llega a infundir confianza.

Los sentimientos que genera el gobierno de Castillo siguen siendo principalmente esperanza, a un 33% de los peruanos, e incertidumbre, a un 27%. Además, despierta miedo a un 14%, confianza a un 13% y desilusión a un 8% de la población.

No hay mucho optimismo. Un 43% de los peruanos cree que la situación económica del país estará peor en los próximos 12 meses y un 44% lo mismo sobre la economía de su hogar.

Solo un 29% cree que hasta el próximo año la economía peruana mejorará y un 24% tiene esa percepción optimista sobre su futuro económico en el hogar.

Por su parte, un 23% de los ciudadanos estima que la economía del país estará igual y un 28% lo mismo sobre su situación económica doméstica.

Sobreviviendo a los errores (por ahora)

Patricia Zárate, jefa de Estudios de Opinión del IEP

Si en el inicio del gobierno de Kuczynski sobró frivolidad y faltó política, con el actual gobierno sobra inexperiencia y postura política. Sin embargo, ambos han hecho gala de la misma falta de manejo político, los dos llegaron sin mayoría parlamentaria y en ninguno de los casos se trabajó políticamente las posibles alianzas. En 2016, desde un inicio se vio que este tipo de situación nos sumiría en una gran inestabilidad política (Morel, Zárate, 2016). En el presente año se añade la polarización (que no sucedía entre PPK y Fujimori pues estaban del mismo lado del espectro ideológico), acompañada de una gran presión de los medios de comunicación, aunque un poco menos sesgada que en la campaña.

La encuesta del IEP muestra que, si bien existen críticas a los ministros, la figura del presidente Castillo sigue siendo valorada positivamente por diversos sectores de la población. Al igual que pasó con las elecciones, Lima, los estratos más altos y quienes se identifican con la derecha tienen una posición contraria al gobierno y esto no ocurre de la misma manera en el resto del país, por ahora. Sin embargo, la aprobación de Castillo como candidato electo (53%) ha disminuido ahora como presidente (38%). Si no muestra una clara capacidad de gobierno y se enrumba en una buena gestión, el capital político que aún tiene se le puede ir de las manos. En paralelo, si la oposición no mejora su papel, estaremos condenados a una inestabilidad que no nos permitirá salir de la crisis en que nos dejó la pandemia.(LA REPÚBLICA)