Por: Dionicio Mantilla León
Trujillo, capital de la región La Libertad, está de luto. Un saldo de 19 personas muertas y varios heridos de gravedad dejó el fatídico accidente vehicular ocurrido el día de antier en horas de la mañana por el sector La Heroica del distrito de Moche. Según las primeras investigaciones la tragedia se habría producido porque a uno de los vehículos, un tráiler con pesada carga, se le vaciaron los frenos y, como consecuencia de ello, impactó sobre una moto taxi y luego lo hizo contra una combi atestada de pasajeros que cubre la ruta Trujillo Miramar.
La tragedia, como es de suponer, ha consternado no sólo a los deudos sino también a toda la población trujillana razón por la cual la Municipalidad Provincial de Trujillo, representado por el Alcalde, ha decretado dos días de duelo como señal de solidaridad ante este lamentable suceso. Un luto y una solidaridad que compartimos.
Sin embargo, considero que esta tragedia nos debe motivar para reflexionar sobre las causas y consecuencias de estos hechos de los cuales los pueblos del ande de nuestra región no están libres habida cuenta los numerosos accidentes ocurridos en nuestras carreteras siendo la más terrible, por el número de víctimas que produjo, la provocada por la Empresa de Transportes Horna que, como recordamos, dejara un saldo de 46 personas muertas.
Una tragedia que enlutó a Huamachuco y Trujillo y que hasta ahora no ha merecido la atención respectiva de parte de las autoridades a fin de resarcir económicamente a los deudos y sancionar como es debido a esta empresa que, como otras, ven a sus vehículos como una fuente desmedida de lucro sin reparar en los derechos que le asisten a sus choferes y, fundamentalmente, a sus pasajeros a quienes brindan un pésimo servicio.
La tragedia acontecida antier en Trujillo debe ser motivo para que las autoridades policiales y municipales pongan mayor celo en el cumplimiento de sus obligaciones en el control de los vehículos pues de haber existido esto en la policía de carreteras de esa zona se hubiera evitado tal tragedia.
De otro lado, conocemos que hace muy poco la unidad de una conocida Empresa de Transportes que cubre la ruta Huamachuco Trujillo estuvo a punto de desbarrancarse quedando una parte de la misma al borde del abismo lo cual nos dice mucho de la falta de pericia, sobre todo en zonas de curva, de algunos choferes que se contrata.
No esta demás decir que la responsabilidad también le atañe a los pasajeros quienes debemos de exigir que las empresas tengan sus unidades debidamente operativas, que en ruta larga deben poner dos choferes, en la cabina de conducción no vayan pasajeros pues con sus charlas distraen al chofer, que no llevan intermedios, que cuenten con extintores, botiquín de primeros auxilios, no recojan pasajeros en el camino. Y, algo más, que choferes y ayudantes estén debidamente uniformados, aseados y den un buen trato al pasajero. Además que no se detengan en restaurantes en donde ofrezcan potajes de mala calidad y, que los videos que pongan sean realmente educativos y con temas turísticos o de distracción sana y no películas violentas que producen terror y asco.
Un tema de nunca acabar es la circulación de las famosas combis piratas que cubren la ruta Trujillo Huamachuco que pareciera tuvieran una vara muy larga con las autoridades municipales y regionales, vehículos que en cualquier momento podrían ser protagonistas de tragedias como las que estamos comentando.
Es así, pues, que una vez más nuestras carreteras se tiñen de sangre por la irresponsabilidad de un chofer y la ambición de un empresario que no cuidan sus unidades, por la negligencia de efectivos policiales de carreteras que no cumplen su cometido y por la falta de valoración de la vida de los mismos pasajeros que no les importa viajar como sardinas en los vehículos de transporte.
De tragedias como la presente esperamos sacar lecciones que pongan en el nivel de valoración que corresponde a la vida humana como generoso regalo de Dios.