Marco Dávila y un estudiante fueron rescatados sin vida, pero dos cuerpos están desaparecidos. Cuatro familias lloran por una muerte inesperada.
Arzobispo de Trujillo Miguel Cabrejos realiza una vigilia a orillas del mar.
Un día soleado, propicio para ir a la playa, una reunión de amigos –porque así se consideraban-, pese a la diferencia de edad, terminó en tragedia. Hoy cuatro familias lloran por una muerte inesperada.
Transcurrían las 4 de la tarde, un sacerdote acompañado de cinco seminaristas se divertían de los más normal en el sector conocido como Quinto molón o Barco varado -una zona alejada de Las Delicias-; sin embargo, el no advertir la braveza del mar puedo ser uno de los causantes del fallecimiento de cuatro de ellos.
El clérigo Marco Antonio Dávila Montalvo (24) habría ingresado al mar, con la plena seguridad de que sabe nada, luego de unos minutos sus alumnos notaron que se ahogaba, decidieron rescatarlo, pero la braveza del mar se ensañó con todo el grupo. Los bañistas y pescadores al notar que todos levantaban los brazos se metieron en su ayuda, pese a los denodados esfuerzos no pudieron salvar a Dávila Montalvo quien había ingerido agua, mientras que el adolescente de iniciales D. F. P.V. (17), falleció camino al centro de EsSalud de Moche, otros dos recibieron primeros auxilios hasta quedar a buen recaudo. La incertidumbre recae en dos seminaristas, quienes sus cuerpos aún no han sido encontrados.
En vigilia
A las cinco de la tarde, todo era conmoción y tristeza, un grupo de clérigos se hacía presente en la zona. De manera asolapada, el monseñor Miguel Cabrejos Vidarte se acercaba hasta la orilla, se persignó y contenía las lágrimas, porque no creía que su sobrino Marco Antonio había muerto junto a otros tres discípulos.
El obispo se sentía acongojado. Su mirada se perdía entre el ocaso y el mar, por momentos levantaba la cabeza y respira, como pedirle a su redentor un momento de calma por lo acontecido. Al verse con los brazos cruzados, pedía una explicación a los veraneantes y a todo aquel que participó en el rescate de las víctimas. Conforme escuchaba las versiones se deprimía aún más a tal punto de no moverse de la rivera y solicitar una silla para sentarse y realizar una vigilia en compañía de otros sacerdotes. A un costado, se presentaba una escena similar: un grupo de alumnos del Seminario San Carlos y San Marcelo cogían entre sus manos arena, la lanzaban al aire y lloraban repitiendo el nombre de sus compañeros fallecidos y los que el mar aún no los devuelve.
Los sobrevivientes fueron identificados como Roidel Ronaldo Alvarado Moreno (22) y Antonio Fernando Altamirano Gross, ambos recibieron los primeros auxilios en el nosocomio de Moche, donde se recuperan favorablemente, mientras que el grupo de guardacostas continuó con la búsqueda de los cuerpos de Guillermo Santos Plasencia Chávez (21) y Luis Enrique Chilcón López (22).(la industria)