El secreto del éxito. Lima Ingeniería y Construcción, la empresa de Joaquín Ramírez que fundó con un capital de S/5.100, suscribió “convenios de cooperación educativa” con la Universidad Alas Peruanas que dirigía su tío, lo que le permitió obtener millonarias ganancias.
Constituida el 28 de febrero de 2003 por un simple capital de 5.100 soles, la firma de Joaquín Ramírez se convirtió en el principal contratista de la Universidad Alas Peruanas (UAP) durante la gestión de su tío Fidel Ramírez Prado como rector y gerente general del centro de estudios.
Además de venderle o alquilarle inmuebles, construir o refaccionar establecimientos universitarios, otras de las frecuentes modalidades que Fidel Ramírez aplicó para favorecer a la empresa de su sobrino fueron los llamados “convenios de cooperación educativa”.
Estos acuerdos que firmaban Fidel Ramírez y Joaquín Ramírez, permitieron al primero instalar una serie de filiales de la UAP en todo el país, como en Cajamarca y Tumbes.
A largo plazo
El “convenio” consistía en que Joaquín Ramírez cedía a su tío Fidel Ramírez un inmueble de su propiedad acondicionado como infraestructura educativa, a cambio del 15% del total de los ingresos brutos mensuales que obtenía la UAP. Los convenios tenían una duración de 30 años.
El 31 de diciembre de 2007, Fidel Ramírez y Joaquín Ramírez suscribieron un convenio para que un inmueble ubicado en El Bebedero, Tumbes, de propiedad de Lima Ingeniería y Construcción, fuera “cedido” a la UAP por 30 años. Esto es hasta el año 2037.
El 31 de diciembre de 2008, tío y sobrino firmaron un “convenio” idéntico por un inmueble de Lima Ingeniería y Construcción en el Fundo Vista Alegre, Cajamarca, vigente hasta 2038, y a cambio del 15% de los ingresos brutos mensuales de la UAP.
Como ha reportado la Fiscalía Especializada en Lavado de Activos, la empresa favorita de Joaquín Ramírez, Lima Ingeniería y Construcción, entre 2003 y 2016 facturó a la UAP más de S/67,7 millones, durante la gestión de su tío. Un extraordinario resultado si se tiene en cuenta que Joaquín Ramírez fundó la empresa con un simple capital de S/5.100 soles.
La jugada les pareció tan buena a Fidel y Joaquín Ramírez, que 11 empresas del sobrino contrataron con la UAP por más de S/183 millones cuando su tío dominaba el centro de estudios, entre 2002 y 2017.
No debe olvidarse que Lima Ingeniería y Construcción, la misma empresa de Joaquín Ramírez que firmaba los “convenios de cooperación educativa” con la UAP, es la que cedió a Keiko Fujimori un inmueble en la calle Bucaré, en la Urbanización Camacho (La Molina), desde donde dirigió la campaña presidencial de 2016.
La Fiscalía Especializada en Lavado de Activos ha detectado “convenios” similares suscritos entre la UAP con la empresa Formación Integral en Educación y Desarrollo, que dirigía el excongresista aprista Edgar Núñez Román. La modalidad era la misma: expoliar los fondos de la universidad.
Para Joaquín Ramírez, se trata de una “persecución política”
“Tras asumir la vocería y luego la secretaría general de la, por entonces, fuerza política de oposición al Gobierno de turno (Ollanta Humala), fui objeto de una denuncia anónima que dio lugar a la investigación del Ministerio Público”, arguye Joaquín Ramírez, quien asegura que es víctima de persecución política, según la hoja de vida que presentó en 2022 cuando postuló a la alcaldía provincial de Cajamarca. Pero no es cierto. La denuncia la formuló en 2014 la procuradora de Lavado de Activos, Julia Príncipe Trujillo.
Ramírez también registró en su hoja de vida que “pese al tiempo transcurrido, (la denuncia) no ha dado lugar a determinación de acusación y/o sentencia en mi contra”. Pero al final la Fiscalía incautó sus bienes.
Acuerdos secretos
Los “convenios de cooperación educativa” entre Fidel Ramírez y su sobrino Joaquín Ramírez, que acuerdan darle el 15% de los ingresos mensuales de la UAP. (LA REPÚBLICA)