domingo, 7 de marzo de 2021

La compra de vacunas

Por: Dionicio Mantilla León

En un verdadero debate infructuoso se ha convertido la compra de vacunas contra el Covid 19. Según conocemos la adquisición de las citadas vacunas lo realizan  de los laboratorios fabricantes de dichas vacunas los gobiernos que carecen de ellos, pero bajo la supervisión de dichos gobiernos, tal como así lo ha dispuesto la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta medida es atinada por cuanto evita su comercialización indiscriminada de parte de elementos inescrupulosos y empresas privadas con espíritu de lucro desmedido. Sin embargo, en estos días ha surgido una ola de intentos de posibles compras por parte de empresas privadas como gesto de solidaridad y que desean coadyuvar en la tarea de vacunación en el que se encuentra empeñado el gobierno de Francisco Sagasti.     

       Una tarea gubernamental con resultados positivos por cuanto se viene anunciando el arribo de importantes stocks de vacunas destinadas a completar la inmunización del personal de primera línea de lucha contra la pandemia e iniciar la vacunación de las personas de la segunda fase que comprenden a las personas de la tercera edad y, ojalá, a los docentes y escolares de todo el país, a efectos de comenzar las labores escolares de manera presencial debidamente protegidos. Esperamos que esta última iniciativa, hoy compartida por el Ministro de Educación, Dr. Ricardo Cuenca, sea atendida por el gobierno por responder a un clamor nacional.

     Dicho stock comprende 250,000 vacunas de Pficer, de las cuales arribarán, 50,000 esta semana e igual cantidad las siguientes semanas; asimismo, se anuncia el arribo de un millón de vacunas adquiridas de Sinopharm. Según el Presidente Sagasti su gobierno ya ha finiquitado la compra de hasta 48 millones de vacunas de diferentes laboratorios pues la meta, según el mandatario, es vacunar con las dos dosis a más de 20 millones de personas hasta el término de su mandato, el 28 de julio del presente año. Ahora bien, según la información de María Luisa León, Presidenta de la Confiep, ha la fecha se han inscrito hasta 560 empresas privadas que desean comercializar las vacunas. Una petición que Francisco Sagasti se resiste a aceptar por cuanto rompería la norma establecida mundialmente que señala que las compras deben hacerlas los gobiernos.

      Como es lógico algunos empresarios han pegado el grito al cielo argumentando que es atentar contra los sacrosantos principios de una economía social de mercado que estipula nuestra Carta Magna. Otros empresarios han manifestado su intención e adquirir las citadas vacunas, pero para inmunizar a sus trabajadores lo cual es comprensible y hasta lógico. El tema es que se topa con la norma de que esta debe ser adquirida por los Estados, suministradas de manera gratuita y ordenada estableciendo fases de prioridad. Un orden que debe ser respetado. En cuanto a los candidatos presidenciales todos han prometido vacunar a la totalidad de peruanos hasta antes del fin del presente año.               

           Sin embargo, uno de ellos, Rafael López Aliaga, (cuya candidatura ha sido rechazada por el Jurado Electoral Especial de Lima Centro 1) ha manifestado su discrepancia con la posición del gobierno de no permitir la importación de vacunas por parte de empresas privadas calificando a dicha negativa como “genocidio”, ante lo cual Sagasti responde: “Queremos evitar la desigualdad y que sólo el que tiene plata se vacune y el que carece de ella, no ”. En cambio el gobierno vacunará a todos los peruanos de manera gratuita, pero en base a prioridades. Esta es la posición oficial que desautoriza la versión del Ministro de Salud, Oscar Ugarte, que hace poco anunciara la posibilidad de autorizar la compra de vacunas por parte de la empresa privada.

        Hacemos votos porque la vacunación contra el Covid 19 permita acabar por fin esta agobiante pesadilla que ha detenido el normal devenir de nuestras actividades nacionales y demos pase a un porvenir colmado de satisfacciones y la concreción de nuestras esperanzas e ilusiones de un construir un país justo, digno y libre de las ataduras a los que nos tienen sometidos los países poderosos. Asimismo, de asumir nuestro compromiso de cumplir la misión que nuestro Divino Hacedor nos dio de cuidar con cariño el planeta que EL, en su magnánima generosidad, nos brindó como hogar.