Por: Dionicio Mantilla León
En un verdadero debate infructuoso se ha convertido la compra de vacunas contra el Covid 19. Según conocemos la adquisición de las citadas vacunas lo realizan de los laboratorios fabricantes de dichas vacunas los gobiernos que carecen de ellos, pero bajo la supervisión de dichos gobiernos, tal como así lo ha dispuesto la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta medida es atinada por cuanto evita su comercialización indiscriminada de parte de elementos inescrupulosos y empresas privadas con espíritu de lucro desmedido. Sin embargo, en estos días ha surgido una ola de intentos de posibles compras por parte de empresas privadas como gesto de solidaridad y que desean coadyuvar en la tarea de vacunación en el que se encuentra empeñado el gobierno de Francisco Sagasti.
Una tarea gubernamental con resultados
positivos por cuanto se viene anunciando el arribo de importantes stocks de
vacunas destinadas a completar la inmunización del personal de primera línea de
lucha contra la pandemia e iniciar la vacunación de las personas de la segunda
fase que comprenden a las personas de la tercera edad y, ojalá, a los docentes
y escolares de todo el país, a efectos de comenzar las labores escolares de
manera presencial debidamente protegidos. Esperamos que esta última iniciativa,
hoy compartida por el Ministro de Educación, Dr. Ricardo Cuenca, sea atendida
por el gobierno por responder a un clamor nacional.
Dicho stock comprende 250,000 vacunas de
Pficer, de las cuales arribarán, 50,000 esta semana e igual cantidad las
siguientes semanas; asimismo, se anuncia el arribo de un millón de vacunas
adquiridas de Sinopharm. Según el Presidente Sagasti su gobierno ya ha
finiquitado la compra de hasta 48 millones de vacunas de diferentes laboratorios
pues la meta, según el mandatario, es vacunar con las dos dosis a más de 20
millones de personas hasta el término de su mandato, el 28 de julio del
presente año. Ahora bien, según la información de María Luisa León, Presidenta
de la Confiep, ha la fecha se han inscrito hasta 560 empresas privadas que
desean comercializar las vacunas. Una petición que Francisco Sagasti se resiste
a aceptar por cuanto rompería la norma establecida mundialmente que señala que
las compras deben hacerlas los gobiernos.
Como
es lógico algunos empresarios han pegado el grito al cielo argumentando que es
atentar contra los sacrosantos principios de una economía social de mercado que
estipula nuestra Carta Magna. Otros empresarios han manifestado su intención e
adquirir las citadas vacunas, pero para inmunizar a sus trabajadores lo cual es
comprensible y hasta lógico. El tema es que se topa con la norma de que esta
debe ser adquirida por los Estados, suministradas de manera gratuita y ordenada
estableciendo fases de prioridad. Un orden que debe ser respetado. En cuanto a
los candidatos presidenciales todos han prometido vacunar a la totalidad de
peruanos hasta antes del fin del presente año.
Sin embargo, uno de ellos, Rafael
López Aliaga, (cuya candidatura ha sido rechazada por el Jurado Electoral
Especial de Lima Centro 1) ha manifestado su discrepancia con la posición del
gobierno de no permitir la importación de vacunas por parte de empresas
privadas calificando a dicha negativa como “genocidio”, ante lo cual Sagasti
responde: “Queremos evitar la desigualdad y que sólo el que tiene plata se vacune
y el que carece de ella, no ”. En cambio el gobierno vacunará a todos los
peruanos de manera gratuita, pero en base a prioridades. Esta es la posición
oficial que desautoriza la versión del Ministro de Salud, Oscar Ugarte, que
hace poco anunciara la posibilidad de autorizar la compra de vacunas por parte
de la empresa privada.