martes, 7 de abril de 2015

Corrupción: arma de doble filo

Escribe: César Lévano

Las elecciones del domingo 29 en Bolivia han confirmado al Movimiento al Socialismo (MAS) como la primera fuerza política del país. Sin embargo, el MAS ha perdido las gobernaciones de La Paz y Tarija.

Una pérdida grave es la de la alcaldía de El Alto, la “ciudad rebelde” que forma parte de La Paz y que, de un total de 400 mil pobladores, tiene 300 mil peruanos o descendientes de peruanos.

Un hecho que me llamó la atención es que entre los factores de esas pérdidas parciales figuren la corrupción y la mala calidad de los candidatos.

Esto me hace recordar que la corrupción es un mal que se ha traído abajo a la derecha en España, como lo confirma la elección reciente en Andalucía. Allí, el Partido Popular, de la derecha, ha perdido un bastión.

En Brasil, el escándalo de malos manejos en Petrobras, la empresa estatal, está minando al Partido de los Trabajadores y a la presidenta Dilma Rousseff, aunque está claro que ella no ha participado en el convite de la inmoralidad. Pero la corrupción agranda el descontento ciudadano y brinda una bandera vistosa a la derecha.

Lo de Brasil y Bolivia me lleva a pensar cuán importante es la ética en la política, sobre todo para la izquierda.

Los analistas partidarios de Evo Morales han apuntado que una desventaja electoral fue la deficiente formación de algunos candidatos. Esto indica dos déficit: la mala atención a las escuelas de cuadros, en primer lugar, y la mala selección de los candidatos. Ese es un peligro que amenaza también a muchas organizaciones políticas de Nuestra América.

La historia social del Perú contemporáneo nos indica cómo el movimiento obrero fundacional supo forjarse una cultura a través de periódicos, teatro actuado por obreras y obreros, bibliotecas, centros musicales, conferencias, arraigo del amor por los libros y la lectura de José Carlos Mariátegui fue infatigable en su esfuerzo de formación ideológica y cultural, y contó en su panoplia con armas como las revistas, los periódicos. La poesía, la pintura, el grabado tuvieron en Amauta su hogar.

Difícil será encontrar en el Perú de nuestros días parecido interés por la formación programada de cuadros, por la comunicación y la cultura.

La contextura moral se fortalece con la iluminación de la mente. Sobre todo si la educación tiene un contenido coherente, con metas que acogen las lecciones de la historia, los ejemplos de limpieza de los pioneros de nuestro proletariado, la vida austera de Mariátegui y César Vallejo, el valor moral de la verdad, la justicia y la libertad.(diario uno)