Fueron envenenadas en su propia casa. Los deudos sospechan de su esposo quien hasta la fecha no da la cara.
Horrorosa muerte tuvo una mujer de 22 años y sus hijitas, de 5 y 8 años, quienes fueron encontradas dentro de su casa con signos de haber sido envenenadas.
Según narró su hermano Santos, quien llegó a visitarlas sin presagiar la espeluznante escena que encontraría, Segunda Bautista Castillo (22) yacía casi abrazada a sus dos pequeñas.
De momento se desconoce quién y por qué las eliminó, aunque las primeras sospechas de los familiares apuntan a su esposo con quien peleaba constantemente y que hasta el momento no da la cara.
En la morgue de Trujillo, a donde fueron trasladadas las fallecidas tras ser encontradas en su casa del caserío de Pampas de Arena, en Sanagorán (Huamachuco), sólo había un familiar. Se trataba de María Mercedes Castillo Joaquín (62), quien no dudó en culpar del asesinato múltiple al marido de su fallecida sobrina Segunda Bautista.
“Mi sobrina no tenía motivos para envenenarse y mucho menos para envenenar a sus hijitas. Ella era una mujer alegre, que no estaba deprimida. Todo lo contrario: encontraba en las pequeñas motivos para seguir adelante”, explicó la mujer casi al borde del llanto.
“Aquí, el único sospechoso en este terrible crimen es el padre de las niñas y esposo de mi sobrina. Su nombre es Daniel Vidal Paredes, de aproximadamente 30 años”, añadió casi atragantándose con la angustia.
Castillo Joaquín llega a esa conclusión pues aquel hombre, lejos de auxiliar a su mujer y sus hijas, misteriosamente desapareció desde antes de que el cuerpo fuera hallado por Santos.
“Si no tiene nada que temer, debería dar la cara, pero ni eso. Solo se desapareció. Pareciera que se o tragó la tierra”, explica.
Se sabe que la joven madre envenenada no trabajaba, sólo cumplía las funciones de ama de casa mientras su marido laboraba en las chacras, como agricultor.
Un dato importante que ayudará a las investigaciones es que Segunda Bautista discutía permanentemente con Daniel Vidal, su esposo. Incluso, según le contaron los familiares a Mercedes Castillo, él la golpeaba.
ÚLTIMO ADIÓS
El cuerpo de la desafortunada madre y sus dos hijas fueron traídos a la morgue de Trujillo y luego llevados al caserío Pampa de Arena, en Huamachuco, para ser veladas en la misma casa donde las encontraron muertas.
Los familiares exigieron que se capture a quien creen es el asesino y que sobre él caiga todo el peso de la ley.
De acuerdo a la autopsia practicada a los tres cadáveres, fueron envenenadas con un potente insecticida agrícola. (Satélite).