Por: Dionicio Mantilla León
Es las 3 de la mañana del 12 de noviembre y fuertes ruidos rompen el silencio reinante a esas horas en la bella ciudad de Huamachuco. Dichos ruidos son causados por un cargador frontal y 2 volquetes cuyos choferes diligentemente y en un visible estado de tensión van concluyendo la demolición de una vivienda de 2 pisos hecha de adobe y ubicada en el jirón Balta. Una tarea que fuera comenzada el día anterior a las 8.30 de la noche, pero que fuera abruptamente interrumpida por un buen número de personas. ¿Porqué razón? ¿Acaso no es lícito demoler una vieja casona para sobre sus restos edificar otra nueva y moderna? Por su puesto que lo es. ¿Entonces que pasó la noche del jueves 11 y porqué la interrupción?
Pues sencillamente porque no se trataba de una casona cualquiera sino de un lugar que sirviera de morada de un personaje huamachuquino, Carlos Valderrama, que fuera Diputado por nuestra provincia y tuviera una destacada labor parlamentaria en favor de nuestro pueblo hecho que la convierte en una casona especial ligada íntimamente con nuestra historia y que junto a otras casonas, también del mismo valor histórico, circunvalan nuestra bella y extensa plaza de armas dándole un toque singular armónico y artístico por cuanto tienen similares ornamentos arquitectónicos dado que fueran concebidos y edificados en la misma época: Colonial e inicios de la República.
Pues sencillamente porque no se trataba de una casona cualquiera sino de un lugar que sirviera de morada de un personaje huamachuquino, Carlos Valderrama, que fuera Diputado por nuestra provincia y tuviera una destacada labor parlamentaria en favor de nuestro pueblo hecho que la convierte en una casona especial ligada íntimamente con nuestra historia y que junto a otras casonas, también del mismo valor histórico, circunvalan nuestra bella y extensa plaza de armas dándole un toque singular armónico y artístico por cuanto tienen similares ornamentos arquitectónicos dado que fueran concebidos y edificados en la misma época: Colonial e inicios de la República.
Nuestra plaza de armas debe ser entendida como un monumento histórico unitario en donde no tienen o no deben tener cabida elementos arquitectónicos discordantes.
Repudiamos la destrucción de los históricos inmuebles existentes en el perímetro de nuestra plaza de armas por cuanto constituye un serio atentado contra la historia y la cultura de nuestro pueblo, es una evidente afrenta contra nuestra identidad cultural y un acto que afecta ostensiblemente nuestra riqueza turística la cual se verá visiblemente disminuida. En efecto, si nuestra Plaza de Armas atrae al turista es por la solemnidad y prestancia arquitectónica de sus casonas históricas pues a ningún turista se le va a ocurrir visitar la ciudad de Huamachuco para observar edificaciones comunes y corrientes que en su país de origen los tiene y mucho mejores.
Empero, este censurable caso acontecido en nuestra plaza de armas no es el único. Existe otros más que se han venido produciendo a lo largo de estos años de manera paulatina por propietarios carentes de un mínimo de amor por el pueblo que los alberga siempre llevados por un afán egoísta y marcadamente mercantilista, esto es, llevados por el absurdo criterio de que dándole un toque de modernidad a sus edificaciones van a verse incrementadas sus ventas y por ende sus utilidades cuando esto no es así. En todo caso si desean tener establecimientos modernos estos deben ser adquiridos en otro lugar. Y en la comisión de estos atentados lamentablemente han tenido a su favor la lenidad y falta de amor a Huamachuco de parte de muchas autoridades ediles.
De allí que de acuerdo a la información con que se cuenta los propietarios de los 2 inmuebles derruidos en estos días contaban con licencia emanada de la oficina de Planeamiento Urbano y Catastro de la Municipalidad Provincial de Sánchez Carrión a cargo de una arquitecta familiar de una conocida ex congresista y contra ella están yendo todas las responsabilidades lo cual nos parece incorrecto. ¿Y porqué no mencionar a otros actores de este despropósito burocrático como son los regidores y el mismo alcalde cuya función es justamente fiscalizar la labor del personal edil la que debe enmarcarse dentro de los linderos de la ley habida cuenta que existe una legislación especial en este sentido? Y no se vaya a decir que no han conocido del hecho por cuanto los diversos medios de prensa huamachuquinos señalan que incluso uno de los inmuebles habría sido derruido con una máquina edil, afirmación que nos resistimos a creer.
De otro lado, según se conoce el único que ha denunciado este atropello ante las autoridades policiales ha sido el Dr. Guillermo Rebaza Jara, representante de la Unidad Ejecutora N-115, entidad encargada de los trabajos de restauración de la fortaleza de Markahuamachuco. Preguntándonos: ¿Y qué han hecho las demás autoridades y las organizaciones sociales de base como el FEDIP?
Así las cosas, es necesario que las autoridades pertinentes: Ministerio Público, I.N.C, aperturen una exhaustiva investigación de lo acontecido y los responsables de este acto innoble en contra de nuestra historia e identidad cultural sean sancionados severamente. Es preciso que acciones como estas no se repitan jamás. Urge por ello, que la nueva administración municipal a instalarse el 2 de enero del 2011, ponga en valor nuestro “Centro Histórico” en su conjunto, una tarea que no ha sido atendida debidamente por las administraciones ediles anteriores. Manteniéndose, asimismo, alerta ante la comisión de atropellos semejantes.
Foto: Beto Mendoza
Repudiamos la destrucción de los históricos inmuebles existentes en el perímetro de nuestra plaza de armas por cuanto constituye un serio atentado contra la historia y la cultura de nuestro pueblo, es una evidente afrenta contra nuestra identidad cultural y un acto que afecta ostensiblemente nuestra riqueza turística la cual se verá visiblemente disminuida. En efecto, si nuestra Plaza de Armas atrae al turista es por la solemnidad y prestancia arquitectónica de sus casonas históricas pues a ningún turista se le va a ocurrir visitar la ciudad de Huamachuco para observar edificaciones comunes y corrientes que en su país de origen los tiene y mucho mejores.
Empero, este censurable caso acontecido en nuestra plaza de armas no es el único. Existe otros más que se han venido produciendo a lo largo de estos años de manera paulatina por propietarios carentes de un mínimo de amor por el pueblo que los alberga siempre llevados por un afán egoísta y marcadamente mercantilista, esto es, llevados por el absurdo criterio de que dándole un toque de modernidad a sus edificaciones van a verse incrementadas sus ventas y por ende sus utilidades cuando esto no es así. En todo caso si desean tener establecimientos modernos estos deben ser adquiridos en otro lugar. Y en la comisión de estos atentados lamentablemente han tenido a su favor la lenidad y falta de amor a Huamachuco de parte de muchas autoridades ediles.
De allí que de acuerdo a la información con que se cuenta los propietarios de los 2 inmuebles derruidos en estos días contaban con licencia emanada de la oficina de Planeamiento Urbano y Catastro de la Municipalidad Provincial de Sánchez Carrión a cargo de una arquitecta familiar de una conocida ex congresista y contra ella están yendo todas las responsabilidades lo cual nos parece incorrecto. ¿Y porqué no mencionar a otros actores de este despropósito burocrático como son los regidores y el mismo alcalde cuya función es justamente fiscalizar la labor del personal edil la que debe enmarcarse dentro de los linderos de la ley habida cuenta que existe una legislación especial en este sentido? Y no se vaya a decir que no han conocido del hecho por cuanto los diversos medios de prensa huamachuquinos señalan que incluso uno de los inmuebles habría sido derruido con una máquina edil, afirmación que nos resistimos a creer.
De otro lado, según se conoce el único que ha denunciado este atropello ante las autoridades policiales ha sido el Dr. Guillermo Rebaza Jara, representante de la Unidad Ejecutora N-115, entidad encargada de los trabajos de restauración de la fortaleza de Markahuamachuco. Preguntándonos: ¿Y qué han hecho las demás autoridades y las organizaciones sociales de base como el FEDIP?
Así las cosas, es necesario que las autoridades pertinentes: Ministerio Público, I.N.C, aperturen una exhaustiva investigación de lo acontecido y los responsables de este acto innoble en contra de nuestra historia e identidad cultural sean sancionados severamente. Es preciso que acciones como estas no se repitan jamás. Urge por ello, que la nueva administración municipal a instalarse el 2 de enero del 2011, ponga en valor nuestro “Centro Histórico” en su conjunto, una tarea que no ha sido atendida debidamente por las administraciones ediles anteriores. Manteniéndose, asimismo, alerta ante la comisión de atropellos semejantes.
Foto: Beto Mendoza