Por: Dionicio Mantilla León
Lo acontecido hace pocos días en Huamachuco con el abandono de la llanura de Purrumpampa y la demolición de 2 casonas de su bella Plaza de Armas nos da pie para reflexionar, una vez más, acerca de la importancia que tiene como ciudad ligada profundamente al devenir histórico de la Patria.
En efecto, pocas ciudades del Perú poseen una dimensión histórica que rebasa las fronteras de la región y el país adquiriendo niveles internacionales. Ninguna como ella ha escrito páginas de gloria como: Durante la época preincaica, ser asiento del Señorío de los Wamachukus, creadores de una cultura esplendorosa que rivaliza con la de los reynos Mochica y Chimú; un lugar (Cerro Sazón y llanura Purrumpampa), en donde el ejército incaico al mando de TTitu Atauche, infligiera un duro golpe a la retaguardia del ejército de Pizarro constituyéndose así, este hecho, en el primer grito de rechazo a la invasión hispana y asesinato de Atahualpa.
Un pueblo, que durante el Virreynato, se constituyó en una de las provincias más prósperas y extensas de la Intendencia de Trujillo; un patriótico pueblo que fue uno de los primeros en saludar el grito libertario de San Martín y proclamar su propia independencia política del yugo hispano (Enero de 1820). Un pueblo que sirviera de cuna de uno de los personajes más ilustres que ha tenido el Perú como fuera, el Dr. José Faustino Sánchez Carrión, fundador de la República Peruana, autor de la primera Constitución Política del Perú y el primer auténtico gobernante de la naciente Patria. Un lugar convertido en cuartel general para la organización del Ejército Libertador Simón Bolívar y donde el pueblo huamachuquino no dudó jamás en despojarse de lo mejor que poseía: sus hijos y riqueza económica (joyas, producción agropecuaria), para aportar al éxito de la misión de dicho ejército libertario, en Junín y Ayacucho.
Un lugar, cuyas llanuras de Purrumpampa se convirtieran en altar sacrosanto en donde se ofrendara la sangre heroica de miles de compatriotas y, entre ellas la de cientos de huamachuquinos, por defender la soberanía nacional hollada por las nefastas hordas chilenas en la batalla del 10 de Julio de 1883. Un lugar, que ha servido de cuna a un ramillete de personalidades que han aportado con su vida y obra al engrandecimiento de la política, la educación y la cultura nacional entre ellos: Florencia de Mora, Dr. Nicolás Rebaza Cueto, Dr. Alejandro Rebaza Acosta, Dr. Julio Chiriboga Vera, Abelardo Gamarra Rondo, Ciro Alegría Bazán y un gran número de poetas. Huamachuco, es un pueblo poseedor de una geografía inigualable, de ubérrimas tierras, paisajes encantadores y preciados atractivos turísticos, un puerto terrestre del ande liberteño y polo del desarrollo económico y turístico subregional andino. Así, con estos admirables pergaminos, Huamachuco se convierte en un indiscutible monumento histórico, cultural y productivo.
ORGULLO HUAMACHUQUINO.-
¡Cómo no sentirse orgulloso de haber nacido en este suelo bendito! ¡Como no sentirse orgulloso de llamarse huamachuquino! ¡Cómo no sentirse orgulloso de haber recibido su hospitalidad durante muchos años y llevarlo en el corazón! ¡Cómo no sentirse feliz de ser heredero de su exquisita riqueza histórica, cultural y natural! ¡Cómo no sentirse comprometido a preservar y cuidar con celo dicha invalorable riqueza!¡Cómo no sentirse comprometido a ser grato con él, trabajando y sacrificándose por el desarrollo y grandeza de este hermoso pueblo!
Sin embargo, existen foráneos y huamachuquinos equivocados, que lo hieren, que le lanzan arteras puñaladas atentando contra sus bienes monumentales, como la llanura de Purrumpampa o las históricas casonas de su bella Plaza de Armas consideradas ambas, monumentos históricos en toda su integridad. La primera, al convertirla en basural y, esta última, destruyendo sus casonas, declaradas o en “presunción legal” de ser Patrimonio Cultural de la Nación por el I.N.C. NUESTROS MONUMENTOS HISTORICOS SON LA ESENCIA DE NUESTRA IDENTIDAD Y MOTIVO DE NUESTRO ORGULLO. Nuestra Plaza de Armas, constituye el corazón de Huamachuco, es un bien monumental y patrimonio cultural del pueblo. Pertenece a toda la colectividad huamachuquina, seamos natales o de corazón y no a ninguna persona por más potentada que se crea.
Estos pensamientos deben quedar bien grabados en la conciencia de todos los que vienen siendo ingratos con la hospitalidad que nuestro pueblo les brinda y la oportunidad que les da de ganarse el pan de cada día. También son una enérgica censura a las autoridades municipales indolentes, quienes como gobernantes locales tienen la obligación de cautelar los bienes monumentales por algo reciben un sueldo pagado por todos los huamachuquinos, por lo que de manera urgente deben hacer respetar el principio de autoridad sancionando y corrigiendo estos repudiables atentados contra nuestra identidad cultural. Y, si los hechos están consumados, la manera de reparar, aunque sea mínimamente, el daño causado es eliminando los focos infecciosos existentes en Purrumpampa y restituyendo, en las casonas afectadas de la Plaza de Armas, el diseño arquitectónico anterior. Acciones que perentoriamente debe ejecutar el actual Concejo Provincial encabezado por Oscar Quiroz de La Cruz, antes de culminar su mandato. No hacerlo significaría complicidad que el nuevo Concejo y el pueblo deberán juzgar.
En efecto, pocas ciudades del Perú poseen una dimensión histórica que rebasa las fronteras de la región y el país adquiriendo niveles internacionales. Ninguna como ella ha escrito páginas de gloria como: Durante la época preincaica, ser asiento del Señorío de los Wamachukus, creadores de una cultura esplendorosa que rivaliza con la de los reynos Mochica y Chimú; un lugar (Cerro Sazón y llanura Purrumpampa), en donde el ejército incaico al mando de TTitu Atauche, infligiera un duro golpe a la retaguardia del ejército de Pizarro constituyéndose así, este hecho, en el primer grito de rechazo a la invasión hispana y asesinato de Atahualpa.
Un pueblo, que durante el Virreynato, se constituyó en una de las provincias más prósperas y extensas de la Intendencia de Trujillo; un patriótico pueblo que fue uno de los primeros en saludar el grito libertario de San Martín y proclamar su propia independencia política del yugo hispano (Enero de 1820). Un pueblo que sirviera de cuna de uno de los personajes más ilustres que ha tenido el Perú como fuera, el Dr. José Faustino Sánchez Carrión, fundador de la República Peruana, autor de la primera Constitución Política del Perú y el primer auténtico gobernante de la naciente Patria. Un lugar convertido en cuartel general para la organización del Ejército Libertador Simón Bolívar y donde el pueblo huamachuquino no dudó jamás en despojarse de lo mejor que poseía: sus hijos y riqueza económica (joyas, producción agropecuaria), para aportar al éxito de la misión de dicho ejército libertario, en Junín y Ayacucho.
Un lugar, cuyas llanuras de Purrumpampa se convirtieran en altar sacrosanto en donde se ofrendara la sangre heroica de miles de compatriotas y, entre ellas la de cientos de huamachuquinos, por defender la soberanía nacional hollada por las nefastas hordas chilenas en la batalla del 10 de Julio de 1883. Un lugar, que ha servido de cuna a un ramillete de personalidades que han aportado con su vida y obra al engrandecimiento de la política, la educación y la cultura nacional entre ellos: Florencia de Mora, Dr. Nicolás Rebaza Cueto, Dr. Alejandro Rebaza Acosta, Dr. Julio Chiriboga Vera, Abelardo Gamarra Rondo, Ciro Alegría Bazán y un gran número de poetas. Huamachuco, es un pueblo poseedor de una geografía inigualable, de ubérrimas tierras, paisajes encantadores y preciados atractivos turísticos, un puerto terrestre del ande liberteño y polo del desarrollo económico y turístico subregional andino. Así, con estos admirables pergaminos, Huamachuco se convierte en un indiscutible monumento histórico, cultural y productivo.
ORGULLO HUAMACHUQUINO.-
¡Cómo no sentirse orgulloso de haber nacido en este suelo bendito! ¡Como no sentirse orgulloso de llamarse huamachuquino! ¡Cómo no sentirse orgulloso de haber recibido su hospitalidad durante muchos años y llevarlo en el corazón! ¡Cómo no sentirse feliz de ser heredero de su exquisita riqueza histórica, cultural y natural! ¡Cómo no sentirse comprometido a preservar y cuidar con celo dicha invalorable riqueza!¡Cómo no sentirse comprometido a ser grato con él, trabajando y sacrificándose por el desarrollo y grandeza de este hermoso pueblo!
Sin embargo, existen foráneos y huamachuquinos equivocados, que lo hieren, que le lanzan arteras puñaladas atentando contra sus bienes monumentales, como la llanura de Purrumpampa o las históricas casonas de su bella Plaza de Armas consideradas ambas, monumentos históricos en toda su integridad. La primera, al convertirla en basural y, esta última, destruyendo sus casonas, declaradas o en “presunción legal” de ser Patrimonio Cultural de la Nación por el I.N.C. NUESTROS MONUMENTOS HISTORICOS SON LA ESENCIA DE NUESTRA IDENTIDAD Y MOTIVO DE NUESTRO ORGULLO. Nuestra Plaza de Armas, constituye el corazón de Huamachuco, es un bien monumental y patrimonio cultural del pueblo. Pertenece a toda la colectividad huamachuquina, seamos natales o de corazón y no a ninguna persona por más potentada que se crea.
Estos pensamientos deben quedar bien grabados en la conciencia de todos los que vienen siendo ingratos con la hospitalidad que nuestro pueblo les brinda y la oportunidad que les da de ganarse el pan de cada día. También son una enérgica censura a las autoridades municipales indolentes, quienes como gobernantes locales tienen la obligación de cautelar los bienes monumentales por algo reciben un sueldo pagado por todos los huamachuquinos, por lo que de manera urgente deben hacer respetar el principio de autoridad sancionando y corrigiendo estos repudiables atentados contra nuestra identidad cultural. Y, si los hechos están consumados, la manera de reparar, aunque sea mínimamente, el daño causado es eliminando los focos infecciosos existentes en Purrumpampa y restituyendo, en las casonas afectadas de la Plaza de Armas, el diseño arquitectónico anterior. Acciones que perentoriamente debe ejecutar el actual Concejo Provincial encabezado por Oscar Quiroz de La Cruz, antes de culminar su mandato. No hacerlo significaría complicidad que el nuevo Concejo y el pueblo deberán juzgar.